El Palacio de Congresos echa a andar

VIGO

Las máquinas entrarán mañana en la parcela de la antigua Casa Mar para construir el palacio de congresos, un recinto del que ya disponen las demás ciudades gallegas

21 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Abel Caballero ha sudado tinta en sus quince meses de alcalde para llegar a un momento que preveía para bastante antes. También lo tuvo complicado Corina Porro en su etapa y previamente Lois Castrillo, Manuel Pérez y hasta Ventura Pérez Mariño, los regidores de la última década, tiempo en el que se ha diseñado un auditorio-palacio de congresos que se quiere inaugurar a comienzos del 2011.

Pese a su retraso y las complicaciones de todo tipo que lo han rodeado, será un recinto adecuado pero tampoco extraordinario y que sin duda llega tarde. Un sala para actuaciones de 1.500 plazas (milagrosamente se consiguió mantener su número), un recinto de congresos con salas de diferentes tamaños y algunas otras instalaciones complementarias. El proyecto es obra de César Portela y los nombres de los políticos responsables de su elección es una prueba de lo veterano de la iniciativa. Carlos Príncipe en el Concello y Xosé Cuíña en la Xunta formaban parte del jurado que lo eligió.

Desde ese momento ha corrido mucha tinta. Primero fue complicado decidir un emplazamiento junto al puerto pesquero, al que se oponían los armadores. Después hubo que conseguir la parcela, una concesión del puerto en manos de los trabajadores de la antigua Casa Mar. Una vez lograda, el Estado tuvo que desafectar los terrenos.

Cada uno de estos pasos hizo correr ríos de tinta y sólo servía para entrar en la siguiente polémica. El Concello aceptó pagar seis millones de euros por la concesión (entonces la cifra era más redonda, mil millones de pesetas) en medio del escándalo del PP. Después Concello y Xunta también tuvieron que pagar algo por la desafección y la protesta de Corina Porro también se recuerda.

Por cuestión de memoria es, sin embargo, el desfase económico la crisis más reciente y la que más se recuerda. Producto de un proceso duplicado, se adjudicó el proyecto a César Portela y la construcción y gestión a Caixanova-Sacyr en 90 millones de euros. Portela, sin embargo, no recibió indicaciones (se supone) y elaboró un proyecto de 155 millones. Encajar ambas cifras no ha sido sencillo y es el motivo del último de los retrasos pues hace año y medio ya estaban las cartas sobre la mesa. A ello se ha dedicado Caballero todo este tiempo.