Castañas de Celanova y Valdeorras

S. Antón

VIGO

Los mercados vigueses se surten también del Bierzo y el norte de Portugal

12 nov 2008 . Actualizado a las 11:59 h.

La loca climatología, que va a terminar por reducir a dos las estaciones, es la principal causante de que, por segundo año consecutivo, la cosecha de castañas en Galicia se haya reducido prácticamente a la mitad en muchas zonas. Almacenes, supermercados, fruterías y demás establecimientos del ramo se ven obligados a recurrir a producto foráneo, sobre todo de los vecinos Bierzo y norte de Portugal.

«Es verdad que hay poca, pero es más sabrosa que la del año pasado», afirma Elena Pestaña, propietaria de una frutería en la calle Tomás Alonso. En lo que va de campaña, los clientes de su establecimiento han tenido oportunidad de saborear castañas procedentes de la zona de Valdeorras, que la propia Elena fue a recoger -«eran pequeñas, pero estaban muy sanitas»-, y ahora de Celanova. Tanto de uno como otro enclave se abastecen buena parte de las tiendas viguesas, a las que no es menor el porcentaje de producto que llega desde Portugal.

Los precios, en función de categorías y tamaños, oscilan entre 1,50 y tres euros el kilo. La festividad de San Martín está asociada a la celebración de magostos, lo que implica que el 11 de noviembre suele ser el día del año en que la demanda alcanza su cota más alta. «No me quedó ni una de prueba», confirmaba a media tarde de ayer Elena Pestaña.

Al margen de tradiciones, seguro que no todos los consumidores conocen las propiedades saludables, por no hablar de las alimenticias, de la castaña. Además de contener mucha agua, son importante fuente de hidratos de carbono y fibras. Por contra, apenas aportan calorías.

Son también fuente de minerales, especialmente hierro, calcio, potasio, fósforo y magnesio, lo que las convierte en valiosas aliadas en situaciones de estrés o depresión, además de hacer la competencia a los rabos de pasa (con ventaja porque en este caso es verdad) en su bondad para la memoria.