La entidad celebra su primer aniversario de su sede en Vigo con un seminario que reúne a técnicos de veinte países.
08 jul 2009 . Actualizado a las 16:22 h.La Agencia comunitaria de control de pesca (Accp), con sede en Vigo, pretende armonizar los sistema de control pesquero para lograr una política común más efectiva y uniforme, en un seminario que reúne esta semana a técnicos de varios países, informaron hoy fuentes de ese organismo.
El presidente del consejo de administración de ese órgano de la Comisión Europea, Serge Beslier, indicó recientemente a Efe que «entre las acciones que la Accp está llevando a cabo para intensificar el control pesquero figuran el refuerzo y actualización de inspectores, mediante programas que ofrecerá el centro de formación de la Agencia».
El responsable de la Accp se mostró partidario de que el control y la inspección de buques de pesca se lleven a cabo de la misma forma en los países miembros.
Estas cuestiones se analizan en el seminario que se desarrolla esta semana en Vigo, en el que se debate sobre el trabajo de coordinación de las actividades de control e inspección realizadas por la Agencia Comunitaria de Control de la Pesca, que reúne a una veintena de representantes de técnicos de pesca de países miembros de la Unión Europea.
Entre los temas que analizan esta semana figuran la gestión de riesgo en operaciones de control e inspección o los procedimientos más efectivos en la planificación estratégica de planes de despliegue conjunto.
Los asistentes al seminario evalúan también los planes de despliegue conjunto y sus indicadores de resultado, con el fin de lograr una estrategia que acomode al máximo los análisis de los estados de la UE.
Para Beslier, «el nuevo reglamento comunitario, que entrará en vigor en 2010, será decisivo para luchar contra la pesca ilegal que llevan a cabo buques de terceros países y que supone una práctica muy perjudicial para la mayoría del sector».
Desde su punto de vista «este nuevo reglamento determinará las principales acciones y estrategias para luchar en contra de esta práctica, que supone una competencia desleal para los pescadores y socava los precios del mercado».
La nueva normativa impone un certificado de origen a todas las importaciones, exige una lista de barcos ilegales, la identificación de países no cooperantes que no controlan sus capturas y establece un régimen de sanciones.
Beslier se mostró optimista y convencido de que los países de la UE «tienen voluntad de aplicar las nuevas directrices porque es beneficioso para todos preservar la salud de los recursos y asegurar una actividad pesquera sostenible».
Añadió, en ese sentido que «la mayoría de los pescadores entienden la necesidad de respetar sus cuotas y cumplir las reglas, ya que comprenden que es la manera de asegurar un futuro a largo plazo de la actividad económica», aunque «hay una minoría que todavía persigue sólo su interés individual a corto plazo y de esta forma, tira piedras sobre su propio tejado», dijo.
El presidente del Consejo de Administración de la Accp abogó en el futuro por la aplicación de una política equitativa, en la que las reglas del juego sean comunes y aceptadas con el mismo nivel de cumplimiento, y afirmó con rotundidad que la Agencia europea debe garantizar, junto con los estados miembros de la UE, que «todos los pescadores serán tratados igual y el prerrequisito es que el control y la inspección se lleven a cabo de la misma forma en todas partes y aplicados por todos de la misma manera».
La Agencia europea, que instaló su sede hace ahora un año en Vigo, constituye una herramienta indispensable «para poder asegurar un control, una inspección y una aplicación efectivos de las reglas de la Política Pesquera Común tras la reforma del año 2002», concluyó.