Caballero aprieta donde saber que más le va a doler a su oponente. Principalmente boicoteando sus proyectos portuarios, pero sin descuidar asuntos de su etapa en la alcaldía que puedan ser utilizados en este conflicto. Esta semana los socialistas han presionado con Finca do Conde, pidiendo una vez más que Porro (y por extensión José Manuel Figueroa) dimitan de sus cargos. Las sentencias que anularon esta actuación y que podrían, en el caso más extremo, obligar a derribar las dos torres de viviendas y el centro comercial, son una mina para Caballero. Por eso no se privó, vía Mariño, de acusar a ambos dirigentes populares de haber recibido contraprestaciones a cambio de una licencia ilegal. La respuesta desde el PP ha sido muy vaga, limitándose a decir que el BNG también dio alguna de las licencias y que Caballero está obsesionado con Porro. Con seguridad el alcalde buscará la vía para que el asunto no se resuelva y disponer de munición con la que disparar contra su oponente