El conselleiro tampoco cree necesario el párking previsto y soterrará el paso frente a la plaza de O Berbés
07 abr 2010 . Actualizado a las 11:22 h.El anterior gobierno autonómico elaboró un proyecto de túnel de Beiramar para cerrar la ronda litoral que contemplaba la completa peatonalización de la avenida en todo su trazado y de manera sustancial en el frente del auditorio. Sin embargo, los actuales responsables de la Xunta y la presidenta de la Autoridad Portuaria han decidido introducir modificaciones de calado que ayer fueron dadas a conocer.
El proyecto de Emilio Pérez Touriño y María José Caride planteaba comenzar el subterráneo en la glorieta de acceso al puerto pesquero. A partir de aquí iniciaría su trazado hasta la glorieta de la calle Coruña, donde concluiría. Bajo tierra llevaría una planta de párking (como refleja la imagen anexa) y debajo cuatro carriles en ambas direcciones. En superficie se generaría la mayor superficie peatonal de la ciudad destinada a revitalizar lo que ahora es en gran parte una zona de naves, pero que en breve contará con un palacio de congresos-auditorio, primera pieza para su recuperación ciudadana.
Agustín Hernández y Corina Porro consideran que este planteamiento tiene lagunas. La principal, que generaría graves problemas a la actividad portuaria «como lo demuestra el elevado número de alegaciones», según el conselleiro. Por eso han llegado a un acuerdo para destinar parte de la superficie a zona peatonal, la más próxima a los edificios, mientras en la contraria se reservarán dos carriles para el tráfico portuario y para los transportes especiales con destino a los astilleros.
En este contexto Porro señaló que también se movería la valla que separa el puerto de la ciudad para ganar un par de metros para la zona pesquera «ya que allí se trabaja con falta de espacio».
Otro cambio destacado es la ampliación del túnel por el extremo contrario. La intención ahora es enlazar el paso subterráneo de las Avenidas con la nueva obra, lo que configurará en su momento un vial deprimido de más de tres kilómetros. De esta forma no habrá que salir a la superficie en O Berbés para unos metros después volver a retornar al subsuelo.