La roja y gualda crea afición en Vigo

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

18 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La explanada del muelle de trasatlánticos fue el escenario elegido para un acto hasta ahora inédito en la ciudad, una jura de bandera para personal civil. La Armada se encargó de que la solemnidad del momento no difiriese en nada de las otras juras, las de militares. Incluso puede decirse que hubo algún plus, en este caso la imponente presencia del buque escuela Juan Sebastián de Elcano, escoltado por la fragata Méndez Núñez y el buque de asalto Galicia.

Fue precisamente frente al Elcano donde se situaron las dos banderas que besaron los civiles, la de la flota y la del tercio. Y también fue desde su toldilla desde donde cuatro marineros de la ría lanzaron al agua una corona de laurel con la que quisieron recordar a todos los compañeros a los que un día se llevó el mar para siempre.

Con otra corona, en este caso depositada por el vicealmirante Bolíbar y Abel Caballero ante una cruz instalada al efecto, se rindió homenaje «a los soldados de todos los tiempos que dieron su vida por España».

La mayoría de los 150 jurandos eran vigueses, pero también los había de otros municipios. Especialmente numerosa fue la presencia de gentes del mar de Burela. Un colectivo que acudió prácticamente en pleno fue el de la asociación Marinetea, formada por antiguos marineros de la ETEA y sus familias. De dicho colectivo formaba parte Lucas Pazos que, con siete años, era el más joven del grupo. «Vine con mi abuelo, que también va a jurar». Para éste, Francisco Guizán, que cumplió la mili en Ceuta como sanitario hubo una primera vez en 1963, pero quiso repetir «porque me gustan estos actos».

Algo parecido sentían Elena Fontán y María Collazo. «Estoy deseando pasar por ahí», comentaba nerviosa la primera mientras, bajo un sol de justicia, aguardaba el momento junto a sus compañeros de jura. A la segunda fue su amor al mar lo que la llevó a participar: «Mi abuelo fue militar, mi padre está en Marinetea y mi marido es marinero. Me gusta esta experiencia».

Con todo, la jura que más expectación suscitó fue la de Corina Porro. La presidenta de la Autoridad Portuaria tenía sus razones: «El día que falleció mi padre, que era militar, me propuse jurar bandera en la primera oportunidad que se me presentara, así es que cuando surgió esta no lo dudé. Lo triste es que iba a hacerlo con él [en referencia a su pareja fallecida hace tres semanas] y ya no podrá ser», explicaba visiblemente emocionada. Cuando al final llegó su turno, algunos se preguntaban por qué Corina Porro besaba dos veces la bandera. La explicación es obvia. Entre los que no faltaron a la cita con la roja y gualda estaban también Franco Cobas, Bonifacio Logares, Juan Martínez Herrera...

El himno español, precedido del himno de la Armada pusieron el punto y final a la novedosa (en Vigo) ceremonia, en la que el único incidente digno de mención fue el desmayo que sufrieron dos militares. Dos horas y medio bajo un sol de justicia y a pie firme fueron los causantes de dichos desmayos, de los que se recuperaron enseguida.

El acto castrense se inscribe dentro del programa que se desarrolla con motivo de la entrega de la bandera de combate a la fragata Méndez Núñez por parte de la ciudad, acto que preside hoy la Infanta Elena. Dichas actividades incluyen, además de la posbilidad de visitar el Juan Sebastián de Elcano, la instalación de una carpa en el exterior de la Estación de Ría en la que, a través de paneles, vídeos y maquetas, se ofrece una visión general de la Armada. «Estamos desbordados. La respuesta de Vigo ha superado cualquier previsión», afirma la alferez de navío Ana García.

Las colas que durante la tarde se formaron para visitar el buque escuela confirmaron el desbordamiento. Seguro que eso también explica que el 20% de las personas que forman la Armada sean gallegas.