«Hay que cambiar el PXOM, no por la vivienda protegida sino por sus fallos», clama la oposición
VIGO
«Vigo tiene un problema con el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) y no es solo por el porcentaje elevadísimo de vivienda de protección oficial (VPO). Es que el documento no es viable técnicamente, por lo que la paralización urbanística no es atribuible a la crisis económica, sino al propio documento». El portavoz municipal del PP, José Manuel Figueroa, tiene muy claro el discurso de su partido y el tema lo conoce de cerca ya que fue concejal de Urbanismo en los tres años y medio de gestión municipal de Corina Porro.
El PP llevará este asunto como bandera a las próximas elecciones municipales, para las que quedan, día más, día menos, solo nueve meses. Quiere que los ciudadanos valoren su propuesta de modificar puntualmente el Plan Xeral y lo ejecutarán de llegar al gobierno. Esta posición contrasta con la de los grupos de gobierno, para los que el Plan Xeral ha dejado de existir desde el punto de vista político y de gestión.
Hace mucho tiempo que el alcalde vigués o su concejal de Urbanismo, José Mariño, protagonizan una rueda de prensa para hablar de cuestiones urbanísticas relacionadas con el planeamiento. No hay proyectos en marcha que permitan el lucimiento ni actuaciones de las que hablar, por lo que el silencio se impone como política.
Ofertas olvidadas
Tanto es así que el alcalde vigués hace meses que no cita una de sus propuestas electorales más repetidas. Abel Caballero prometió cosas que no solo no va a cumplir, como la construcción de 6.000 viviendas protegidas, aunque sí consiguió aprobar el Plan Xeral en el plazo anunciado. El Concello lo dejó listo en seis meses, antes de acabar el año 2007, y el verano siguiente estaba en vigor, pero de estos pisos nadie ha vuelto a decir nada y no hay indicios de que algo vaya a cambiar antes del mayo electoral de 2011.
Respecto a la gestión del Plan Xeral el silencio municipal es clamoroso. Las comparecencias del edil de Urbanismo son cada vez más esporádicas y normalmente tienen como objetivo críticar los proyectos de la Autoridad Portuaria, a cuyo frente está la rival electoral de Abel Caballero, y poco más. De los proyectos y la infraestructuras incluidas en el Plan Xeral el gobierno prefiere ignorarlos.
De nada sirvió que en el documento se incluyeran numerosas actuaciones con su ordenación detallada. El plan se retrasó unos meses para definir cual sería la ubicación y el volumen de los edificios a fin de ganar tiempo en el futuro. Esto es, podrían acceder a licencia directa ahorrándose engorrosos y dilatados trámites administrativos.
Sin embargo, en los venticuatro meses de gestión del Plan Xeral ni uno solo de esos ámbitos ha visto la luz ni tampoco se tienen noticias de que hayan iniciado su andadura en la Gerencia de Urbanismo. Uno de los casos más conocidos es el de Plaza de España, que también es de los más polémicos. En el Plan Xeral figura con la distribución de sus cuatro voluminosas torres de 18 alturas que reducirán las relevancia del vecino hospital Xeral, una de las cuales se destinará en exclusiva a vivienda protegida para disgusto de sus promotores. En cualquier caso, las 600 viviendas que se construirán en la entrada emblemática de la ciudad siguen pendientes de que la coyuntura permita iniciar el proceso.
Más casos
Pero Plaza de España es el más llamativo, pero no el único. Otros igualmente conocidos como el de Beiramar están a la espera de iniciar la andadura para sacar al extrarradio los frigoríficos de Beiramar, donde el Plan Xeral prevé bloques de viviendas y un centro comercial. Algo similar se plantea en Guixar, un ámbito clave para Teis y cuya puesta en marcha permitiría construir el túnel de Julián Estévez, una iniciativa clave para terminar con las difíciles comunicaciones de Teis y acercarse con facilidad a la recuperada ETEA. Lo mismo ocurre con la Ronda, con los polígonos industriales y con casi todo.