El horario de apertura de la finca de la ETEA puede considerarse la polémica más absurda de la legislatura municipal. Para cultivar su imagen de autoridad, el alcalde envió a Teis a la Policía Local, para que impidiese al guarda de seguridad contratado por la Xunta que cerrase la puerta a las ocho de la tarde.
Los entusiastas de Caballero resumieron el caso con una frase solemne: «El alcalde logra que la ETEA abra las 24 horas para disfrute de los vigueses». Como en las series policíacas americanas, solo nos faltó un tiroteo entre el vigilante privado y los municipales, al estilo del típico conflicto de competencias entre la CIA y el FBI.
A pocos meses de las elecciones, algo deben de decir las encuestas sobre el barrio de Teis, dado el inusitado interés que despierta en la Alcaldía. Hace tres semanas, Caballero acudió en persona y en traje, en plena jornada de playa, a contemplar cómo una excavadora derribaba el muro de la vieja ETEA. Poco después, en pleno agosto, se rellenó la playa de arena, que el mar ya se ha llevado en buena parte. Luego, vino la escena de vodevil entre la delegada de la Xunta, Lucía Molares, y el concejal Carlos López Font, compitiendo ambos por quién retiraba, ante los medios, una valla metálica del recinto. La astracanada se completa con la operación Libertad Duradera en la que fuerzas especiales del Concello consiguieron reducir al guarda de seguridad y dejar la puerta abierta «para disfrute de los vigueses».
No hay duda de que alguien le ha dicho al alcalde que cierto toque autoritario puede darle muchos votos. A nadie se le escapa que, durante años, el político más valorado en Vigo era el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez. Algunas actuaciones y declaraciones de Caballero parecen reflejar este modelo.
A veces, sin embargo, como en el caso de la ETEA, se nota una sobreactuación. Porque parece absurdo convertir en casus belli el horario de apertura de las instalaciones. Algunos vecinos de Teis ya han expresado su preocupación porque el recinto pueda ser objetivo de actos vandálicos. Y no pocos recuerdan que lo que de verdad demanda el vecindario es que se abran las instalaciones convenientemente rehabilitadas.
Que la ETEA deba estar abierta de madrugada no tiene mayor importancia. Se desconoce qué actividades pueden ir a hacerse a este recinto a las tantas de la mañana. Y si son distintas a las que pueden realizarse en los aparcamientos de Samil, en el monte de A Guía o en la carretera cortada de Cabo Estay, por poner tres localizaciones muy viguesas.
Por otra parte, en toda Europa la mayoría de los parques públicos cierran de noche. Los Jardines de Luxemburgo, en el centro de París, echan el cerrojo a las 21.30 horas. Y Regent's Park, en Londres, a las 22.00 horas. Se ve que no gozan en estas capitales de un paladín de la libertad ciudadana como nuestro querido alcalde.
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