El ingeniero vigués ha creado con la diseñadora Sybilla la Fundación Fabrics for Freedom
14 feb 2011 . Actualizado a las 20:43 h.De Cibrán Vázquez Borrego sorprende todo. Desde su aspecto hasta su currículo y, lo más importante, su deseo permanente de hacer algo por los demás. Teniendo en cuenta que se trata del vicepresidente y director general de la Fundación Fabrics for Freedom, los prejuicios hacen estragos y esperamos traje gris y cara de palo. La primera en la frente. Aparece un joven sonriente con vestimenta informal y aspecto de plantarle cara a todo lo que se pone por delante, incluida la que está cayendo (de agua). Reta al temporal y acude sin paraguas a su rincón, el espigón marítimo que discurre entre el edificio de la Xunta y el Náutico. «De pequeño paseaba por este lugar con mis padres, mis abuelos vivían cerca, en la Alameda, y luego, con catorce años, iba a pasar el rato con mis amigos. Ahora, desde que vivo fuera, cada vez que llego a la ciudad necesito acercarme para sentirme en Vigo», explica.
Sensaciones
Cuando contempla la ría siente una doble sensación: por un lado la que le producen las Cíes y sus fantásticos fondos marinos; por otro, la del basurero en que se va convirtiendo la ría y la del terreno ganado al mar. «¡Qué maravilla y qué horror!» comenta. Está convencido de que una empresa no es buena porque contamine poco, sino por no contaminar nada. «No es menos ladrón el que roba el fin de semana», dice.
El hecho de trasladarse en su día a Madrid para estudiar Ingeniería en Organización Industrial fue decisivo. «Me ofreció muchas oportunidades profesionales y culturales, conocí gente de muchos lugares». Su carácter emprendedor le llevó a crear un negocio: Portal Disco, surgido de su contacto con la música e Internet. Es socio de la empresa Entrelíneas, dedicada a la contratación y márketing de grupos musicales, entre los que han tenido durante seis años a la Mala Rodríguez, o a Tote King.
En su afán por buscar caminos que le aportasen más conoció en Mallorca a la activista Vandana Shiva y a Satish Kumar, discípulo de Gaudí, ambos de la India. Su filosofía pasaba por emprender iniciativas en contacto con la naturaleza para desarrollar el interior y ayudar a desarrollar la sociedad. Vandana le explicó que trabajando con artistas podría conseguir que difundieran mensajes positivos. Esta misma forma de actuar era trasladable a otras actividades como el diseño.
En ese momento Cibrán conoció a la diseñadora Sybilla con la que decidió echar una mano a Vandana. Este había convencido a los agricultores de Vidarbha, en la India, para que cultivasen algodón ecológico. De repente se habían encontrado con una enorme producción que era necesario sacar adelante.
La diseñadora y el vigués pusieron en marcha la Fundación Fabrics for Freedom (Tejidos para la Libertad) en la que ocupan la presidencia y vicepresidencia respectivamente.
Para dar salida a la producción de algodón la fundación se puso manos a la obra y creó el primer proyecto, una bolsa diseñada por la propia Sybilla en la que reza el lema «Esta bolsa tiene tela», confeccionada según los criterios de comercio justo. Ya han logrado vender más de 60.000 unidades en siete países y dar salida al algodón recolectado en el 2009. Muchas marcas se han aliado con la fundación para ayudar a comercializarlas con su propio logotipo. Es el caso de Vips, Camper, Sol Meliá o Jocomomola. Ahora, el reto pasa por asegurar la compra continuada.
Semillas
Parte de lo recaudado ha servido para crear dos bancos de semillas con lo que se evita la compra a las grandes multinacionales y cuenta con la certificación de producto ecológico. También utilizan resina de seringueira, que mezclada con algodón y ahumada da como resultado cuero vegetal para la elaboración de bolsos o carteras. Además de parar la tala de árboles, supone una oportunidad de trabajo para las gentes de las aldeas amazónicas de Brasil.
Pero la actividad de Cibrán no se limita a esta incursión en el mundo del diseño. Tras conocer a Vandana promovió la asociación Voces, integrada por artistas y gente de distintos ámbitos. Ha participado en un programa de cooperación en Mali y ha conseguido con Fabrics for Freedom el premio de diseño para el desarrollo en la Bienal Iberoamericana de Madrid. «En todos los proyectos busco tener una visión sistémica, evitar la linealidad que nos han enseñado de tener solo un punto de vista. Uno y uno no siempre son dos como nos dicen en el colegio, si juntas a dos personas el poder es mucho mayor. La educación es importante para potenciar ese pensamiento», concluye.