Su incomparecencia ya obligó a aplazar la sesión hace unas semanas y ha sido declarado en rebeldía
31 mar 2011 . Actualizado a las 20:08 h.Seis de los acusados por el narcosubmarino que apareció a la deriva en la ría de Vigo en agosto del 2006 han reconocido los hechos en la primera sesión del juicio, que ha arrancado esta mañana en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. El único que no se presentó fue el piloto, Juan Carlos G.F., que ha sido declarado en rebeldía por estar en paradero desconocido y se ha decretado una orden de busca y captura.
En la vista, que arrancó a las 10.00 horas, han comparecido el constructor del artefacto, Manuel C.G., los financieros de la operación, Juan S.F. y Tomás B.A, el mecánico, Juan Manuel G.R., y otros colaboradores, José Jesús I.F., supuesto coordinador del operativo en segundo plano, y Francisco O.N., que funcionaba como enlace. La Fiscalía pide para ellos penas de entre dos y tres años de prisión. Las peticiones de cárcel se han rebajado por la nueva reforma legal que entró en vigor el 23 de diciembre del 2010 reduce la pena para los acusados por tráfico de drogas en notoria importancia, que rebaja de 13 años a un máximo de 9 y un mínimo de 6.
La defensa pide la libre absolución por la inexistencia de delito contra la salud pública, al no ser intervenida cantidad de droga alguna cuando fue requisado el sumergible, abandonado en mitad de la ría viguesa, como tampoco en los registros domiciliarios, mientras que la fiscalía solicita penas de prisión que suman 121 años. En todo caso, las partes han mostrado su predisposición a llegar a una conformidad, a la vista de que la calificación deberá ser modificada por la reforma del Código Penal.
De hecho, Fernando Rubianes, abogado de uno de los acusados, ha confirmado en los exteriores de la sala un «principio de acuerdo» con la fiscalía respecto a los hechos, que los acusados reconocieron en el juicio, pero no sobre las penas.
El narcosubmarino fue construido artesanalmente por un acusado en un galpón del Val Miñor y botado en un astillero de O Morrazo. La Fiscalía cree que no estaba diseñado para sumergirse sino para navegar en superficie sin ser detectado. Su misión era recoger en alta mar y transbordar a su bodega un alijo de dos toneladas de cocaína que transportaba un buque nodriza desde Sudamérica. Sin embargo, la embarcación resultó ser inestable y peligrosa y el piloto, poco después de salir a la mar, sintió pánico y abandonó la nave, que quedó a la deriva y sin control, con los motores encendidos y con 5.000 litros de fuel en sus bodegas. Según el escrito fiscal, el piloto contactó con la organización para pasar al plan B, que era usar el velero de apoyo Nadir III para transbordar la droga.
Comparecencia policial
El jefe de la unidad de lucha contra la droga de la Comisaría de la Policía de Vigo ha relatado que la única información que manejaban sobre la droga que la trama pretendía introducir en Galicia procedía de un colaborador de la Guardia Civil, que advirtió de un transporte de entre 2.000 y 3.000 kilos de cocaína.
Ha reconocido que en las escuchas telefónicas realizadas no hubo ninguna mención al tipo de droga y que tampoco se intervinieron sustancias estupefacientes en los registros domiciliarios, pero que «los preparativos» prolongados durante «meses» apuntan a que se disponían a colocar en Galicia una cantidad «importante» de droga.
Asimismo, ha revelado que a uno de los detenidos, Francisco Omil, que en 1996 fue condenado a diez años de cárcel por un delito contra la salud pública en el marco de la Operación Nécora, le descubrieron unas coordenadas correspondientes a una zona, cercana a las Azores, donde frecuentemente se producen encuentros entre embarcaciones para hacer desembarcos de droga.
Este inspector también ha confirmado que tras el hallazgo del narcosubmarino continuaron los contactos al objeto de realizar el transporte de la droga a través del velero, que tenía previsto ir al encuentro de un barco nodriza en las cercanías del archipiélago de las Azores.