Corina huye de la Alcaldía

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Recuperará el símbolo del Concello frente al de Caballero, con quien evitó cruzarse en el Calvario

07 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Una, sola y -dice- libre, a Corina Porro no le gusta la Alcaldía. Ni le gusta la Tenencia de Alcaldía. «Tenemos un esperpento de gobierno bipartito», sentencia. Y está dispuesta a sacar partido a la soledad política en la que se encuentra. De aquí al día 22 repetirá sin cesar que, sí, está sola, pero que el PSOE y el BNG son dos que «no resuelven ni un solo problema», «tienen opiniones distintas en temas trascendentes», provocan un «doble gasto en publicidad» y son «dos equipos que juegan cada uno su propio partido».

Su mensaje del día era trino y uno: «Un solo equipo, un solo gobierno, una ciudad única». Lo dijo detrás de un atril en la ladera de O Castro, con el edificio del Concello de fondo y los coches pasando entre ella y las cámaras. Allí plantada, la candidata popular desveló que «Vigo ha desaparecido para aparecer la Tenencia y la Alcaldía». Luego, en privado, Porro reconoció que eliminará toda referencia a la Alcaldía para volver a identificar las actuaciones municipales con el símbolo del Concello de Vigo. Las decenas, cientos, miles, millones de vallas que encierran la ciudad bajo el logotipo de la Alcaldía, tienen los días contados si ella alcanza la mayoría absoluta.

Pero ese no fue el único desplante que Porro hizo ayer a la Alcaldía. La aspirante del PP iba a darse una vuelta por el mercado de O Calvario. Acudiría a la calle Urzaiz con la sonrisa puesta y preparada para tirar besos a todo lo que se moviese. Y, de paso, hablar del paro, de lo cara que está la vida y de lo poco que hace por los comerciantes y ciudadanos Abel Caballero. La cita era a las doce. Pero hablando del rey de Roma, el socialista programó una visita al mismo sitio media hora antes. Los populares se imaginaron el encontronazo con Caballero -con Pachi Vázquez de ganchete- y les temblaron las piernas. «Habríamos hecho el ridículo», reconoce un dirigente.

Así que, reunidos en maitines, los populares hicieron gala de una de las máximas en las que se basa su campaña: la táctica del avestruz. Si el conflicto se avecina, los de Corina entierran la cabeza. Ni debaten ni confrontan. Su estrategia está lejos del pugilismo y el mamporreo de los que presumían en otros momentos. La estrategia es que pierdan los otros dos solitos.

Porro desprogramó su visita al mercado de O Calvario y -sonrisa puesta, reparto de besos a diestro y siniestro- apareció horas después, de casualidad, en el de la calle Progreso para anunciar que hará «bandera» del mercado y del pequeño comercio. Su agenda decía que a eso de las dos de la madrugada, la candidata que ha prometido unir Vigo estaría de copas en un pub del centro. Y, entre copa y copa, bipartito.

LA CAMPAÑA POPULAR