Lo que comenzó como un experimento ocho años atrás como una extensión del fútbol sala, disciplina en la que El Olivo ya había sido campeón de España, se ha convertido en el primer equipo gallego que alcanza la Superliga femenina.
El ascenso no ha cogido por sorpresa al club, y aunque durante esta semana darán rienda suelta a las celebraciones (ayer le tocó visita a la Diputación, el miércoles será el Concello y la Xunta) las líneas maestras del futuro ya están trazadas. Continuará la plantilla actual en su totalidad «porque estas niñas son fantásticas y se merecen seguir», comenta Juan Carlos Padín, el secretario general, y al mismo tiempo llegarán algunos refuerzos. El primero será el de Lucía, una centrocampista formada en el club que se había marchado al Pontevedra y que ahora inicia el camino de regreso a casa. Otras negociaciones ya están en marcha.
Al mismo tiempo apostarán por un equipo filial en categoría autonómica (ya ha sido solicitada su inscripción en la federación) para no pasar las visicitudes de este curso en donde en algún partido solo tenían un par de jugadoras en el banquillo. Del plantel actual algunas alternarán el filial y el primer equipo.
Todo apunta también a que Edu González se convertirá en el entrenador más joven de la Superliga con 32 años. Ha sido el técnico del ascenso y el club quiere reconocer sus méritos dándole la alternativa en la máxima competición.
En lo económico, Padín, que a sus 70 años ha visto cumplido uno de los sueños de su vida, garantizó que el equipo saldrá en Superliga porque tiene comprometidos los apoyos, pero también dejó claro que «si no cumplen desde luego que lo voy a decir», aunque de momento solo se centran en disfrutar.
En El Olivo aún se frotan los ojos por el recibimiento del domingo, tanto en Peinador como en Praza de América, y están preparados para una gran semana de celebraciones. Después llegará el futuro.