De nuevo han sido el partido más votado, y con diferencia. Por segunda vez consecutiva han logrado 13 de los 27 concejales, un excelente resultado que, sin embargo, ha sonado a derrota en las filas populares. Quizás por ello sus responsables decidieron aplazar un par de semanas la reunión de la junta local destinada a analizar los resultados y marcar la estrategia para la etapa que ahora se inicia.
Aunque los dirigentes del PP restaban trascendencia a la reunión, los prolegómenos no encajaban en este análisis. De hecho, en el partido echaron a algunos periodistas de la sede de malos modos. Impidieron que los cámaras tomasen ninguna imagen del encuentro, alegando que era «privado», algo que no ocurrió la semana pasada con el BNG ni con el PSOE. Un militante incluso se encaró con algún reportero que hacía su trabajo.
Así que la reunión se preveía tensa. Asistieron casi un centenar de afiliados y dirigentes, incluidos cargos públicos y orgánicos. Debatieron ese 42% de votos logrado en Vigo, dos puntos menos que hace cuatro años pese a que ahora el PP ha subido en toda España.
Antes del debate se analizaron los resultados por distritos para escudriñar por dónde se perdieron esos 2.000 votos que faltaron para que Corina Porro fuera de nuevo alcaldesa de Vigo.
El análisis ha llegado a la conclusión de que los 85 millones de euros que Vigo logró del Plan E ha tenido mucho que ver con el éxito de los socialistas (ganaron dos concejales) y en anular las posibilidades de éxito del PP.
En función de esta circunstancia y de la previsión de que en el plazo de unos meses exista en Madrid un gobierno presidido por Mariano Rajoy los populares anticipan un segundo mandato de Caballero mucho menos exitoso. La clave reside en la decisión del BNG de soltar amarras del barco socialista, lo que hace prever cuatro años de dificultades para Caballero y su equipo.
En el partido echaron a los periodistas de la sede e impidieron tomar imágenes