Concello y Puerto encarrilan sus relaciones tras años de conflictos

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Alcalde y presidente portuario logran acuerdos hasta ahora impensables

27 feb 2012 . Actualizado a las 07:03 h.

Acaban de cumplirse dos años del momento en el que la Policía Local irrumpía en los terrenos de la Autoridad Portuaria para paralizar una obra iniciada por su presidenta. Era el momento álgido de la sucesión de conflictos que enfrentaron a dos políticos que desde 2005 competían por la Alcaldía de la ciudad. La balanza electoral se inclinó por el socialista Abel Caballero, que en el 2007 logró el sillón municipal y lo retuvo el año pasado. La consecuencia, obligada, fue la desaparición de la popular Corina Porro de la escena política viguesa. En el lustro anterior ambos se habían alternado en la presidencia del Puerto y fueron alcaldes (cargo en el continúa Caballero) y esa etapa ha pasado a la historia como la de mayor tensión entre las dos principales instituciones de la ciudad.

Tanta, que llegó a parecer que el estado natural entre Concello y Autoridad Portuaria era estar a la greña, denunciarse en los tribunales y rechazar cualquier colaboración. Eso, y las descalificaciones públicas de sus máximos responsables.

Semejante estado de cosas cambió hace unos meses con la llegada de Ignacio López-Chaves tras la marcha de Porro. El exconcejal y exdiputado autonómico arribó al Puerto a finales de julio y todo hacía prever que la crisis se mantendría, especialmente dadas sus tensas relaciones previas con Caballero, al que criticó con dureza en el Concello y de quien investigó su gestión de personal en la Autoridad Portuaria.

De manera un tanto sorprendente, las cosas en estos siete meses han discurrido por otros derroteros. Desde el principio uno y otro político han evitado las críticas y, aunque más bien de manera retórica, se han ofrecido a colaborar con la otra institución. No se ha llegado a tanto, al menos por ahora, pero el estado de guerra abierta ha dado paso a una coexistencia pacífica.

Colaboración pendiente

Resulta evidente que Caballero y López-Chaves no se reúnen ni hablan, excepción hecha del obligado encuentro protocolario que el nuevo presidente del Puerto resolvió en septiembre. Cumpliendo el rito, acudió al despacho de la Alcaldía y no hubo más. Pese a ello, ninguno censura al otro e incluso se escuchan llamadas a la colaboración, algo por lo que, sin embargo, habrá que esperar.

De entrada el único recuerdo del conflicto visible para los ciudadanos son las obras iniciadas por Corina Porro y que se exhiben a medio ejecutar con carteles sin firma detallando que fueron paralizadas por el Ayuntamiento. Es totalmente cierto, como también que fueron medidas sin precedentes aunque Caballero se vio posteriormente respaldado por los jueces.

La primera de estas obras fue la conocida como fuente cibernética, una megainstalación de agua, luz y sonido que Porro quiso construir en el muelle de trasatlánticos para cambiar la imagen dura con la que la ciudad recibe a los cruceristas. Pretendía invertir más de dos millones de euros y para ello era necesario demoler la antigua y gigantesca nave de cableros.

Hasta aquí pudo llegar la expresidenta portuaria. A las bravas empezó a tirar la nave un fin de semana a comienzos de febrero del 2010, año y pico antes de las elecciones municipales. Caballero respondió precintando la obra y vigilándola con la Policía Local.

Choque político

Esta situación dejó en evidencia la pugna entre dos políticos que se disputaban un único sillón de alcalde. En los días siguientes se sucedieron las denuncias judiciales e incluso personales, pero los jueces avalaron la paralización decidida y aplicada por la Gerencia municipal de Urbanismo. Ahora López-Chaves ha optado por enterrar el proyecto, medida que Caballero ha elogiado calurosamente.

En meses sucesivos se vivieron situaciones similares con la reconversión de las naves de la fruta para instalaciones de ocio y como una segunda estación marítima, y también con Portocultura, que pretendía convertir la antigua nave de O Berbés en locales de hostelería. No es descartable otro pacto sobre ellos.