El PP aparca otro año la elección de su candidato a la alcaldía

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Feijoo con Figueroa en septiembre del 2011 cuando fue elegido presidente local.
Feijoo con Figueroa en septiembre del 2011 cuando fue elegido presidente local. xoán carlos gil< / span>

Esperará a que pasen las europeas y solo Figueroa se ha postulado

04 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras una etapa de titubeos, la dirección del Partido Popular de Galicia prefiere esperar a que pasen las europeas. Los comicios tendrán lugar entre el 22 y el 25 de mayo del 2014, justo un año antes de las municipales. A partir de ese momento, en junio o incluso en el mes de septiembre, los responsables populares tomarán la decisión de nominar al candidato de Vigo pese a que la militancia desearía tener ya la opción elegida.

En estos momentos el presidente local, José Manuel Figueroa, sigue siendo el único aspirante al puesto que lo reconoce públicamente, pero hay varios más cuyo nombre suena aunque guarden silencio. De manera significada, el exconselleiro Javier Guerra; pero también la delegada de la Xunta, María José Bravo, e incluso el presidente de la Autoridad Portuaria, Ignacio López-Chaves. Hay quien cita incluso al exconselleiro de Pesca y senador Enrique López Veiga, aunque esta opción ha perdido fuelle.

La dificultad para el presidente Feijoo, que es de quien depende la elección, no es escoger entre los citados. Su verdadero problema es si acepta al presidente local, cuyas aspiraciones son públicas y que nunca fue candidato pese a su veteranía municipal, o bien lo relega escogiendo a alguno de los citados u otra persona con perfil, aspiraciones y posibilidades.

La norma no escrita del PP es que su presidente local es siempre candidato y en caso contrario tiene que dimitir. Figueroa llegó al cargo tras el tercer fiasco electoral de Corina Porro, que de esta forma dejó el camino libre. En aquel momento Figueroa logró el ascenso y ahí sigue.

En la hipótesis de que sea defenestrado forzosamente, el PP tendrá que negociar con él ya que controla la estructura del partido en Vigo, una organización especialmente compleja y efectiva. Todo depende, además, de quién sea el elegido. Si es Guerra, amigo de Figueroa, el encaje entre ambos sería posible, pero no así con alguno de los otros.

En realidad lo que el PP reconoce con el retraso es que tiene dudas sobre quién es el nombre más apropiado en un escenario complejo, y confía en que se disipen en este nuevo plazo que se ha dado. De esta forma conocerá el resultado de las europeas y seguirá tanteando a la espera de un mirlo blanco. Si lo encuentra, y acepta encabezar una candidatura con no demasiado riesgo de ganar, será nominado. En la hipótesis de que esto no ocurra, Figueroa sigue tejiendo su red para que al final no haya otra opción que este veterano edil.