El colegio Picacho, escandalizado con la ubicación del programa Sereos

néstor villamor VIGO / LA VOZ

VIGO

Temen el peligro de mezclar «jeringuillas, drogas, preservativos y niños»

01 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Escandalizados». Así se sienten en la dirección del colegio de educación infantil y primaria Ramón y Cajal (Picacho) ante la posibilidad de que el programa Sereos se ubique en el albergue de Marqués de Valterra, a escasos metros del centro escolar. Caballero está considerando, a sugerencia del BNG, la idea de trasladar allí el punto de ayuda a toxicómanos, prostitutas y personas sin recursos.

El servicio de Sereos se venía prestando en un local de la calle Elduayen, pero hace unas semanas el Ayuntamiento decidió reubicarlo sin dar explicaciones en una unidad móvil en Jacinto Benavente. El Imán, la Federación Vecinal y el PP han protestado por el trato indigno que reciben los usuarios del programa y reclaman una sede fija.

La que se plantea ha puesto en alerta a la junta directiva del Picacho, que ha enviado una carta a la alcaldía, a las concejalías de Benestar Social y Educación, al PP, al PSOE y al BNG exponiendo su preocupación. Desde el colegio subrayan la falta de «sentido común» que significa la «convivencia entre jeringuillas, drogas, preservativos y niños». Además, les sorprende que la sugerencia del edil nacionalista Santiago Domínguez no viniera precedida por una consulta previa con la cúpula del centro escolar, que se enteró a través de los medios de comunicación. No sucedió lo mismo cuando abrieron el albergue: en aquel momento invitaron a los profesores a conocerlo y les explicaron su funcionamiento, tal como explica la directora del centro, Magdalena Miguéns.

Los cargos directivos apoyan la existencia de «un espacio digno» que preste los servicios necesarios. Miguéns opina que se les debe proporcionar «toda la ayuda y más a las personas que vivan en esa situación». Sin embargo, considera que trasladar la sede de Sereos a la calle Marqués de Valterra «traería traficantes a la zona».

Los problemas para los alumnos se incrementarían, apunta la directora del Ramón y Cajal, en caso de hacerse efectivo el traslado a un albergue situado «a tres o cuatro metros de donde estamos nosotros». Explica que, aunque los horarios de ese centro social no coinciden con los del colegio, los usuarios permanecen en la zona el resto del día y, en ocasiones, cuando llueve, acuden a cubrirse a las instalaciones docentes. Señala también que en más de una ocasión se ha visto obligada a cerrar el portal del colegio para frenar situaciones conflictivas. En la zona se encuentran «botellas, discusiones...».

A los padres también les preocupa, y mucho, que sus hijos puedan recibir una influencia negativa si se traslada el programa al lado del colegio de sus hijos. «La presidenta de la AMPA [Asociación de Madres y Padres de Alumnos] se ha sumado a la protesta», afirma Miguéns. Asegura que «están movilizándose» porque temen que el gobierno local haga caso a la propuesta del grupo municipal del BNG.