
El sondeo arqueológico se realizará en el número 39 de Marqués de Valladares
16 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Un equipo de arqueólogos regresará al solar de la calle de Marqués de Valladares donde se hallaron hace unos años restos, muy bien conservados, de una factoría de salazón romana del siglo I-II de nuestra era. Los trabajos, que se iniciarán en unas semanas, han sido encargados por el banco BBVA, actual propietario de los solares correspondientes a los números 39 y 41 de la mencionada calle, tras la demanda de ejecución hipotecaria presentada contra la inmobiliaria Inversiones Playamar S.L.
La acción se centrará en el solar correspondiente al número 39, justo al lado de donde la empresa Anta de Moura localizó hace unos años la mencionada factoría, que puede ser el edificio fabril conocido más antiguo de Vigo. El banco precisa conocer con exactitud el potencial arqueológico de este terreno para cualquier posible venta futura. No hay que olvidar que la anterior empresa propietaria de estos terrenos tuvo que paralizar sus proyectos constructivos debido a la aparición de la salazonera altoimperial. Se da la circunstancia de que el 24 de abril del 2012, el juzgado de Primera Instancia número 4 de Vigo dejó desierta la subasta del solar contiguo, en los números 39 y 41 de Marqués de Valladares. El precio de salida fue de once millones.
Desde hace diez años
Hace ahora diez años que comenzó la excavación de uno de los yacimientos más importantes de Vigo. Los primeros restos que salieron en estos en el solar contiguo, el correspondiente al número 41, fueron unas tumbas de época tardorromana. Poco a poco se fue constatando una ocupación continua desde el siglo I al XIV.
Junto a la factoría del siglo I aparecieron dos pozos coetáneos que servían para captar agua dulce con destino a la fábrica. El hallazgo es único en Vigo. Los pozos fueron desmontados y trasladados al Museo Municipal Quiñones de León, donde se guardan en cajas. Posteriormente, los arqueólogos hallaron la factoría, datada en los primeros momentos de la romanización en Galicia y, debido a las dimensiones de sus pilteas, destinada a salazonar pescado con destino a la exportación a otras zonas del Imperio Romano. La fábrica estuvo a punto de desaparecer por la construcción de los garajes de un edificio, como le ocurrió a otra localizada en la plaza de Compostela. Tras una fuerte reacción de los estamentos culturales de la sociedad viguesa pudo salvarse la fábrica.
En el 2007, con Ánxela Bugallo en la Consellería de Cultura, y Corina Porro, en la Alcaldía de Vigo, se firmó un protocolo por el cual la Xunta aportaría un millón de euros para musealizar los restos, mientras que el Concello debería compensar a la empresa propietaria del terreno. Por distintas circunstancias, el acuerdo no fue posible y se ordenó que los restos volviesen a ser recubiertos para su mejor protección. Desde entonces, Vigo ha ido olvidando que la primera fábrica conocida de la ciudad está enterrada a varios metros de profundidad en el solar 41 de la calle de Marqués de Valladares a la espera de tiempos más sensibles.