
Por consejo de los técnicos, la entidad deberá limitar el aforo de su salón de actos a veinte personas para evitar que se derrumbe el suelo de madera
25 nov 2013 . Actualizado a las 15:50 h.A partir de ahora la Federación de Vecinos de Vigo tendrá que limitar el aforo de su salón de actos a veinte personas por recomendación de los técnicos. El mal estado del suelo de madera podría causar un disgusto y derrumbarse por exceso de peso. En total, son medio centenar las butacas que acoge la sala, además de una mesa con trece sillas destinadas habitualmente a la junta directiva. Cuando la asistencia es masiva no es de extrañar que se incorporen asientos e incluso que otra parte del público permanezca de pie.
El mayor aforo tiene lugar con motivo de las asambleas generales o cuando se abordan temas de trascendencia para los ciudadanos como el recibo del agua o el transporte público, dos de los que más preocupan a la federación. En esos casos puede llegar a acoger hasta ochenta personas, como ha sucedido en más de una ocasión.
Precisamente para el próximo jueves a las ocho de la tarde está prevista una palestra vecinal sobre los abusos en el cobro de los recibos del agua y la luz. La entidad vecinal anunció la semana pasada que tiene intención de retomar la batalla jurídica contra lo que considera una tomadura de pelo a los usuarios, por lo que la reunión podría despertar interés.
Pero el peligro de hundimiento del suelo del salón de actos no es el único problema que tiene el inmueble. Los agujeros existentes en la misma madera permiten a los ratones campar a sus anchas, tal como testifican trabajadoras de la entidad. En algunas zonas de la escalera los muros aparecen destrozados con las tuberías al aire y las conexiones eléctricas a escasos centímetros.
El ascensor está averiado y la reparación sale tan cara que los responsables vecinales no están por la labor de repararlo una vez más, tras hacerlo en sucesivas ocasiones.
El inmueble de la Federación fue cedido por el Concello a la entidad durante el gobierno de Corina Porro y la presidencia vecinal de Elena González. El período de la cesión es de veinticinco años.
El hecho de tratarse de un edificio antiguo con escaso mantenimiento es lo que le ha llevado a su estado actual. Las vicisitudes económicas por las que a menudo pasa la federación cada vez que el Concello retrasa el cobro de las ayudas, cuando no, las elimina, supone un impedimento más a la hora de invertir en mejoras. De hecho, la falta de calefacción y el ambiente húmedo del local de la plaza de la Princesa obliga a empleadas y voluntarios a trabajar con abrigo durante los días de frío.
No es la primera vez que las 36 asociaciones que integran la federación se enfrentan a un problema de infraestructura. La sede anterior de la calle Ecuador fue cerrada en su día por el Concello por motivos similares.