Uno de cada tres votantes del PP en el 2011 no sabe qué hacer el 24-M

VIGO

Esquerda Unida está en la misma situación, mientras el BNG solo tiene garantizada la fidelidad del 45 % de sus electores. El PSOE, de 3 de cada 4

17 may 2015 . Actualizado a las 12:50 h.

El Partido Socialista afronta las elecciones municipales del próximo domingo en inmejorables condiciones: recibe un excelente resultado en intención de voto y llega a los comicios con la garantía de que el 75 % de sus votantes de hace cuatro años piensa repetir la misma opción. Una situación muy diferente a la de los otros partidos. En el caso del principal rival, el Partido Popular,  solo cuenta con que la mitad de sus votantes del 2011 mantenga la fidelidad a las siglas populares mientras un 30,8 % no ha decidido qué hacer con su sufragio.

Los otros dos partidos históricos con opciones de obtener representación, Esquerda Unida (ahora la Marea tras su candidatura conjunta con Anova) y el BNG sufren una elevada desafección de sus antiguos votantes: en el caso de los esquerdistas están casi a la par de los populares, con solo uno de cada dos votantes pensando en repetir su elección, mientras que los nacionalistas se quedan un poco por debajo (45 %). Por esta razón, una gran parte de sus simpatizantes engloban el elevado índice de abstención, lo que deja abierto el resultado final: un 33 % en el caso de EU y un 26 % en el campo del BNG decidirán su voto en los próximos días.

El panorama cambia radicalmente en las filas socialistas, donde prácticamente no hay trasvase: el 77 % piensa repetir la opción, y refrendar a Caballero como alcalde, y el resto (19,6 %) duda, pero son anecdóticos los que se plantean mudar a otra fuerza política. Por el contrario, casi un 12 % de los que votaron al Bloque hace cuatro años y un 7,5 % de los seguidores del PP han decidido pasarse al campo socialista. En cambio, nadie del BNG piensa en desertar en dirección al PP, y lo mismo ocurre en sentido contrario, constatando así que son dos partidos antagónicos a efectos electorales.

En cambio, un 11,9 % de los votantes nacionalistas se van a pasar a La Marea, exactamente el mismo porcentaje que ha decidido irse al PSOE, pero solo un 6,7 de los que votaron a Esquerda Unida hace cuatro años van a mudar a posiciones nacionalistas. Ello explica, sin duda, el motivo por el que EU no obtuvo representación en el 2011 y ahora, con un 8,3 %, superan en dos puntos al BNG.

Al margen de estos análisis queda Ciudadanos, fuerza que compite por primera vez y que, de cumplirse las previsiones, entrará con fuerza en la corporación viguesa con dos concejales.

Campaña inútil

A siete días de las elecciones y cuando ha transcurrido más de la  mitad de la campaña, una análisis del comportamiento del electorado vigués en estas jornadas constata que los partidos no han conseguido cambiar sus perspectivas iniciales. Si el 10 de mayo un 46,3 % del electorado pensaba votar al PSOE, a día de hoy solo ha crecido en dos décimas. En el caso del PP la variación ha sido un poco mayor, pero también mínima y a la baja (del 28,5 al 27,8 %) e inapreciable por lo que respecta a la Marea (del 8,4 al 8,3 %).

  En los dos partidos de la cola, la relevancia es mayor, aunque tampoco sirve para cambiar los resultados (del 5 al 6,3 % los nacionalistas y del 5,2 al 6,3 Ciudadanos), aunque en ambos casos los aleja del fatídico 5 % que es la frontera que permite entrar en la corporación.

Y si eso ocurre con el resultado final que señala Sondaxe, muy parecida es la evolución en la intención del voto declarado: no se modifica en lo relativo a PSOE y Marea, BNG y Ciudadanos lo ven crecer ligeramente y el PP contempla como según avanza la campaña pierde dos puntos del 15,9 % inicial.

Si bien los partidos no han logrado incrementar sus previsión de votantes, al menos han logrado animar a potenciales abstencionistas a participar, aunque todavía no hayan decidido por quien hacerlo. El 10 de mayo, un 17,7 % no pensaba votar y hoy el porcentaje ha bajado al 11,7 %. Eso sí, aunque algunos han decidido ir a las urnas para votar en blanco, la mayoría engrosa la amplia nómina de indecisos, que ha pasado del 27 % al 32,5 %. Ellos podrían inclinar la balanza.