Seis edificios públicos llevan años acabados sin que se les haya dado el uso previsto

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

La Administración destinó 67 millones a su construcción, pero después cambió de idea tras fracasar sus expectativas

24 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La burbuja aeroportuaria afectó de lleno a Peinador, un aeropuerto ampliado para acoger a 4 millones de pasajeros anuales y que, tras una inversión cienmillonaria, se conformó en el 2015 con poco más de 700.000. Existe una terminal de pasajeros amplísima y un aparcamiento enorme, que superan con creces las actuales necesidades. Es, sin duda, el caso más sangrante y la Administración no ha tenido más remedio que reconocerlo por vía indirecta. Esto es, clausurando dos plantas del párking, aunque obviamente no es viable hacer lo mismo con la terminal. Y junto al ejemplo del aeropuerto existen varios más en la ciudad.

En Peinador la obra se hizo a lo grande. De un aparcamiento en superficie con 300 plazas, claramente insuficiente, se pasó a otro subterráneo de 2.500 en el que sobran ahora mismo la mayoría. Para ahorrar gastos y enmascarar la situación, Aena decidió clausurar las dos inferiores aunque contando una mentira piadosa. El cuento consistió en anunciar un acuerdo con el Ifevi para reservarlas para la celebración de ferias, y mientras tanto permanecerían cerradas. De esta forma, los usuarios no transitan por una instalación semivacía que además de consumir luz hay que limpiar y mantener.

La parte positiva de este gasto de 50 millones es que los días de ferias relevantes, cuando el aparcamiento del Ifevi se demuestra insuficiente, puede ofertar espacio y, con la entrada en servicio de la pasarela al instituto ferial, los visitantes se desplazan con comodidad facilidad hasta el recinto ferial. De cara al futuro las previsiones son un poco menos pesimistas. Con la previsión de alcanzar este año el millón de viajeros en Peinador, el uso del párking será mayor.

Pero si la Administración central tiene su cruz, también la municipal y la Autoridad Portuaria ostentan sus respectivos borrones en la materia. El Puerto impulsó en tiempos de Corina Porro la contrucción de sendas instalaciones de uso social: la Pescadoteca, en las antiguas naves de rederos en O Berbés, y una segunda estación marítima en las naves de la fruta en desuso junto a la sede de la Xunta. Ambas quedaron sin concluir por denuncias del Concello que ratificaron los tribunales. A día de hoy siguen así a la espera de una solución que se intuye pero que no termina de llegar. La conclusión es que algo más de 5 millones de euros invertidos no dan resultado alguno y que hay 32 locales de hostelería en la segunda sin utilizarse.

En el campo municipal, el Centro Galego de Fotografía sigue siendo una instalación inutilizada. Impulsado por el BNG en el mandato del 2007 al 2011, el primero en coalición con los socialistas, su objetivo era ubicar allí colecciones eminentes caso del fotógrafo Pacheco. Para ello adquirió varias fincas en el Casco Vello y construyó el edificio. El museo se abrió con una exposición del histórico fotógrafo vigués el año pasado y poco después volvió a cerrarse sin ningún tipo de explicación.

Del lado académico, la Universidad sigue sin dar utilidad al Módulo Tecnolóxico e de Investigación, que ha consumido algo más de 3 millones de momento para nada.

Donde hay razones para el optimismo en el antiguo recinto militar de la ETEA, en Teis, por el que la Xunta pagó 5 millones. El Campus do Mar es un proyecto pendiente. Acaba de firmarse la cesión de dos parcelas a la Zona Franca, pero sigue pendiente el convenio con la Universidad.