
El examen se ha celebrado seis años después de la convocatoria de las plazas
10 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El Concello vigués acaba de comprobar en carne propia los problemas que implica convocar una oposiciones en el año 2010 y celebrar las pruebas seis años después. Además de la polémica generada por este retraso, la mayoría de los opositores se ha visto desbordada por un aplazamiento que les ha forzado a buscarse la vida dejando de lado las oposiciones que habían firmado años atrás.
Por este motivo hubo una gran sorpresa cuando hace unos días se celebró la primera prueba para cubrir en propiedad 7 plazas de trabajador social en el Concello. Los responsables de la prueba comprobaron con asombro que únicamente comparecían 71 de los 251 aspirantes, escasamente un 28 % del total.
Es habitual en cualquier oposición que un porcentaje de los que se inscriben no acudan, sea cual sea el motivo. Es algo que saben los opositores y las propias administraciones que las convocan, pero este masivo abandono se sale de cualquier parámetro.
En medios próximos a estas oposiciones se reconoce que la causa principal es el retraso, ya que muy pocas personas, en su mayoría jóvenes, pueden estar seis años preparando las pruebas. Por el contrario, han debido buscar otra expectativa laboral ante el encadenamiento de aplazamientos.
Junto al plante mayoritario, el tribunal suspendió a 45 de los opositores tras el primer examen, lo que dejó solo 26 aprobados, según se recoge en la página web del Concello. De esta forma, solo el 10 % de los aspirantes iniciales podrán concurrir al segundo examen ya que se trataba de una prueba eliminatoria.
Larga espera
No hay un solo motivo para que los sucesivos gobiernos municipales hayan ido aplazando la celebración de estos exámenes, que la ley obliga a realizar en un plazo máximo de tres años. Este límite busca defender al opositor para que no se produzca un olvido por parte de la administración. Por esta razón finalmente se están celebrando pese a haberse superado ampliamente el tope legal.
Los márgenes habituales para realizar los exámenes oscilan entre uno o dos años, que esta vez se ha triplicado. El motivo inicial fue un recurso que obligó a modificar las bases de la convocatoria para 23 agentes municipales, y debido a presiones sindicales el Concello decidió paralizar toda la oferta pública. Posteriormente, una sentencia obligó a modificar las bases para los agentes locales, lo que alargó el proceso.
Cuando finalmente iban a ser convocadas, hace ahora un año, el recurso de una opositora alegando que habían pasado más de tres años llevó al Concello a parar de inmediato. Su temor era que un recurso tras su celebración provocara un grave conflicto ya con las plazas adjudicadas. Sin embargo, el juez decidió mantenerlas y continuó su tramitación.
Llegado el momento efectivo de los exámenes, la ausencia en bloque de una mayoría de opositores confirma que un retraso de seis años no es inocuo y que tiene consecuencias para decenas de aspirantes.