Morir de éxito

Soledad Antón García
Soledad Antón EL MENTIDERO

VIGO

10 ago 2017 . Actualizado a las 14:09 h.

n buen amigo de las vecinas tierras de León, fiel a su escapada estival a Vigo desde los años 70, me advertía hace unos días que estamos haciendo muchos méritos para que las Cíes terminen muriendo de éxito.

Hizo un repaso de lo que está pasando con otros destinos como la playa de As Catedrais o el banco más bonito del mundo en Loiba y me metió el miedo en el cuerpo. De pronto, empecé a ver riadas de gente subido al faro de la isla central, más riadas enfilando el sendero de la silla de la Reina, marchas en procesión camino de los miradores de aves, miles de toallas y sombrillas cubriendo por completo la arena de Rodas... Una pesadilla. Hasta que caí en la cuenta de que las visitas están regladas, que por muchos barcos que quieran llenar las navieras que realizan la ruta a las islas, en cuanto venden los 2.200 pasajes diarios que les permite expedir la maquina, no pueden seguir haciendo negocio.

Todo un acierto lo del cupo, que pone coto a las avalanchas que sufren otros escenarios naturales. Hay que felicitar al que lo instauró. Ahora lo que necesitamos es que aparezca otra mente igual de lúcida que sea capaz de lograr la desestacionalización de las visitas al archipiélago. Que nos convenza de lo que en realidad ya estamos más que convencidos: que las Cíes son mucho más que sol y playa, que para disfrutar de la mayoría de los atractivos que ofrece no se necesita meter en la mochila ni bañador ni toalla y que, ainda que chova, sobran los motivos para elegirlas como destino. Mientras tanto, la única muerte seguirá siendo de pena. Por no poder disfrutarlas todo el año, digo.