Nueve meses de cárcel para cinco directivos de bancos por la trama de Las 5 jotas

E.V.Pita VIGO

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M.Moralejo

Es el primer proceso a José Manuel Costas desde que se fugó hace dos años

22 oct 2018 . Actualizado a las 17:28 h.

Está considerado como el cabecilla de la trama de fraude fiscal más importante destapada en Galicia. Este lunes, tras más de 80 juicios ya celebrados, varias condenas e incluso una fuga de dos años, el cerebro de la trama de Las 5 Jotas, José Manuel Costas, volvía a los tribunales de Vigo. El carpintero vigués compareció en un juicio en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo en el que se procesaba a once directivos y empleados de cuatro bancos que, supuestamente, ayudaron a la red a cobrar facturas falsas y sacar diez millones de euros para devolverlos luego en negro a las mismas empresas a las que facturaba.

Cinco de ellos se declararon culpables del delito de falsedad continuada en documento mercantil a cambio de que la Fiscalía les redujese a un tercio la petición de condena inicial. Así fue: de dos años y medio de cárcel a 9 meses. Las defensas de estos acusados pedirán ahora en la ejecución de la sentencia que esta pena de prisión se sustituya por trabajos en beneficio de la comunidad.

M.Moralejo

«Hay que organizarse para la foto», comentaba jocosamente al llegar José Manuel Costas, desde el interior del furgón de la Guardia Civil que lo trasladaba desde la prisión de A Lama a Vigo. Una decena de fotógrafos y cámaras de televisión esperaban su llegada.

Este era el primer proceso que afrontaba Costas desde que se fugó hace dos años. Los empleados de banca se enfrentaban a dos años y medio de cárcel. La Fiscalía les acusaba de hacer la vista gorda o de colaborar directamente con su mejor cliente, que movía grandes sumas a diario. Cinco acusados conformaron a cambio de una rebaja de carcel. Los otros directivos siguieron el juicio y lamentan el «exceso de confianza con Costas, un cliente respetable que nos engañó»

Los hechos

Al inicio del juicio, la primera directiva, Nieves C., reconoció los hechos ante el fiscal, lo mismo que el segundo y el tercer acusado. Hasta cinco acusados de la banca reconocieron uno tras otro los hechos que se le imputan.

Sin embargo, el director de oficina Javier V., negó los hechos ocurridos en su sucursal de Cabral. «Costas era un buen cliente del banco, un inversor respetado, fui varias veces a visitarlo a sus empresas para ver la actividad real. Le dábamos agilidad de servicio pero en cuanto a normativa bancaria no hacíamos excepción. No vi nada raro, lo de las cuentas era cosa del interventor», dijo al fiscal. Negó tener conocimiento de irregularidad y recordó que el control de caja era responsabilidad del interventor.

«Mi responsabilidad era comercial, dar imagen de cara al cliente», dijo. Añade que él abandonó la caja el 25 de enero del 2007 para aceptar otra oferta y no en febrero como dice el fiscal. «No dije nada antes porque me llamaron en su día para dar explicaciones por unas cuentas de rumanos que no me sonaban, no sabía de que me hablaban y no preparé nada», alegó.

La primera parte del juicio se dedicó a que los doce abogados personados planteasen cuestiones procesales previas a la jueza.

La mayoría de los abogados de la banca pidieron la prescripción del delito de falsedad en documento mercantil continuado porque ya pasaron cinco años desde que transcurrieron los hechos según el código penal vigente en el 2011. Consideran que el delito ha caducado y los acusados deben ser absueltos. Otro letrado pidió que se tuviese en cuenta que su cliente tenía trastorno bipolar.

Un abogado indicó que su acusado ya no prestaba servicio en una sucursal investigada en el 2007 y solo había realizado un contrato de apertura de cuentas, por lo que la acción penal por esas operaciones irregulares habría caducado a los tres años. Otra defensora alegó que todas las operaciones se hicieron el mismo día y no hay continuidad.

La Fiscalía se negó a cancelar las acusaciones, salvo en el caso del directivo Javier V. que ya no trabajaba en el 2007, y dijo que no hay que dar por ciertos los hechos hasta que termine el juicio. Propuso que siga el juicio y que la jueza valore en sentencia si hay prescripción.

Otro directivo de Cabral, el interventor, reconoció ante la jueza que «hubo un exceso de confianza con el señor Costas, nos engañó a todos. Cuando nos dimos cuenta anulamos todas las cuentas de rumanos».

Dado que el director y el interventor echaron la culpa al cajero, que no está procesado, la jueza se encaró con uno de los ejecutivos acusados: «¿Me está diciendo que el cajero era el rey de la sucursal?».

E.V.Pita

Declaración de Costas

José Manuel Costas reconoció ante el fiscal todos los hechos: «Todos los que hay aquí están implicados y algunos más que faltan. Estaban todos al tanto, me atendían unos y otros. Las cuentas de los rumanos las abría yo mismo, soy cliente desde 1990, llamaba el día antes para avisar a la oficina y cualquiera de ellos me cogía el teléfono, todos sabían perfectamente que el dinero era mío y a un rumano nunca le habrían permitido retirar el dinero», en referencia a los directivos y empleados acusados. Contradice con ello las declaraciones previas de directivos que aseguraron que no estaban al tanto y recalcó que «mienten».

El jefe de Las 5 Jotas hizo una excepción y exculpó a las tres empleadas de la oficina de Banesto de Teis, a las que dijo no conocer de nada, lo que confirma la versión de ellas.

Según Costas, las oficinas implicadas consentían sus operaciones porque él movía medio millón o 400.000 euros de cada vez y eso permitía a las sucursales usar ese capital como margen para arreglar sus desfases con otras deudas de constructores. «Nosotros movíamos más dinero en un día que todo el barrio de Cabral», contó.