
El Vigo Rugbi se jugará la permanencia en el play-out tres meses después del final de la competición liguera
07 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El Vigo Rugbi asume que llegar en unas condiciones óptimas a la oportunidad inesperada que les ha brindado la competición para mantener la categoría es «prácticamente imposible». El equipo, que finalizó la competición hace tres meses, llegó a verlo todo prácticamente perdido y cuando parecía que todos los caminos apuntaban a que tendrían que competir el próximo año en regional, el ascenso del Bathco les ha dado una vida extra. En los fines de semana del 15 y el 22 disputarán un atípico play-ouyt contra un rival que saldrá del duelo entre Oviedo y el Gaztedi de Vitoria.
Cuando el equipo acabó la temporada, había tres escenarios posibles: podían salvarse, tener que jugar un play-out o descender. Todo, con los mismos puntos con los que terminaron la competición y dependiendo exclusivamente de terceros. Ante este panorama, y sabiendo que la resolución del asunto no iba a ser en ningún caso inmediata, la plantilla disfrutó de un mes de vacaciones. Cuenta el director deportivo del club, José Ángel Martín, Troski, que a partir de ahí «los jugadores volvieron al trabajo, aunque algunos al final estuvieron dos meses parados en vez de uno», aclara.
«Son jugadores amateur y es complicado seguir trabajando y manteniendo un ritmo alto cuando no tienes un objetivo concreto o no sabes si vas a tenerlo», comenta en referencia a la incertidumbre que existía sobre su situación. Además, tampoco tenían posibilidad de disputar ningún partido en ese tiempo «y así, por bien que entrenes, no puedes mantener el mismo ritmo». El motivo de no poder tener ningún tipo de enfrentamiento, expresa, es que todos los equipos estaban en ese período o ya de vacaciones o disputando promociones como la que decidía el propio futuro del Vigo Rugby.
Una especie de pretemporada
Ahora sí que acumulan «dos o tres semanas» de un ritmo alto, sabiendo ya lo que les espera y con la Copa Xunta de por medio, lo que les permite volver a aproximarse a lo que es la competición. «Sí que ha sido como una especie de pretemporada, con un tiempo de descanso primero y luego intentando subir el ritmo para llegar lo mejor que se pueda», señala.
En cuanto a los posibles rivales, Troski ve en ellos a dos equipos de un nivel parejo e indica que se constató en el partido de ida, en el que ganaron los asturianos pero con un resultado ajustado (38-32). Sin embargo, él tiene clara su preferencia. «Prefiero al equipo de Vitoria, porque el Oviedo ha estado en División de Honor B, descendió, tiene jugadores nacionales pero también tres neozelandeses de nivel», analiza. Los vascos, sin dejar de ser «un buen bloque», no tiene jugadores que destaquen tanto sobre el resto, a su juicio.
El director deportivo del club entiende que con independencia del rival que les corresponde, su equipo va a estar en desventaja. «Ellos vienen de la tensión competitiva de disputar un play-off y nosotros de estar parados, eso influye mucho en estos casos», advierte. Lo que no les falta es la motivación para hacer un buen papel. «Por supuesto que estamos con muchísimas ganas y que nos vamos a agarrar a esta oportunidad. Queremos dejar al equipo en División de Honor B», recalca.
En caso de que no fuera posible, el planteamiento de cara a la próxima campaña no variaría demasiado. «Los planes no iban a cambiar mucho, queremos hacer un equipo lo más competitivo posible, de garantías para ascender o para mantenernos según el caso». En su análisis de la temporada que termina destaca que «fue muy igualada, con muchos equipos en pocos punto» y que sufrieron varias derrotas muy ajustadas que, sumadas a un mal arranque, les condenaron.