
El surfista vigués pasa la cuarentena en Ericeira (Portugal) entrenando, pintando tablas y aprendiendo orfebrería
19 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Gony Zubizarreta estuvo en California antes de que el virus llegase a Estados Unidos y entrenando en Zarautz con la selección española de surf le saltaron todas las alarmas. Ahora guarda la cuarentena en la localidad lusa de Ericeira, en la casa de sus padres, donde aprovecha para un duro entrenamiento físico y para desarrollar sus dotes de artista, que le vienen de familia, pintando tablas y aprovechando para aprender a hacer joyas, la profesión de su progenitor. Ya lleva más de una semana sin surfear, algo que solo le pasó dos veces desde los siete años, y por lesión.
El surfista vigués, un top mundial en su disciplina, no quiere perder el tiempo. Aunque están suspendidas las citas del circuito mundial de los meses de marzo y abril, por el momento sigue en pie el mundial de El Salvador de mayo y la clasificatoria para los Juegos de Tokio en la que sería la gran cita del surf. Por eso Gony busca el descanso más activo posible: «Estoy haciendo entrenamiento físico solo en casa. Un grupo de surfistas profesionales tenemos un entrenador personal y ahora hacemos las sesiones por Skype por las tardes».

Su idea es aprovechar el tiempo para meter toda la carga física que no pudo hacer por tantos viajes y competiciones durante los últimos cuatro meses: «Estoy con ganas de aprovechar este tiempo para entrenar físico y ponerme superfuerte, porque llevaba unos meses viajando mucho y tampoco te deja entrenar como quieres. Hay que verle el lado positivo», comenta mientras afirma que todo el mundo regresará supermotivado.
Para conseguirlo, lo primero es ponerse un horario: «Me lo voy a poner, porque sino es peligroso, comienzas a ver series y al final te acuestas a las mil. Voy a madrugar más y entrenar más por la mañana también, porque eso me obliga a despertarme antes. Hay que ponerse las pilas para volver fuerte, porque seguro que todo el mundo está entrenando un montón en casa».
Hasta ahora, especialmente los primeros días, se dedicó a recuperarse del cansancio acumulado. Dormía hasta 12 horas.
Y después de una primera semana en casa, apunta que lo más difícil de llevar es el aspecto psicológico: «Lo peor es el tema mental, porque físico puedes hacer entrenamientos en casa, pero psicológicamente es duro y esto acaba de empezar. Hay que tener paciencia, porque no sabemos lo que va a durar, pero hay que estar con la familia, intentar comer bien, mantenerse lo más positivo posible e intentar hacer una rutina nueva y buena».
Para él, lo más inédito es no poder salir a coger olas cada día. «Desde que comencé a surfear a los siete años, creo que solo estuve sin hacerlo en toda mi vida un par de meses cuando me rompí el tobillo en el 2008 y 2011 y ahí tenía que estar un mes en casa de reposo y luego de rehabilitación. Lo de ahora es parecido a estar lesionado pero sin estarlo, es como si todo el mundo a la vez estuviera lesionado. Es rarísimo, pero hay que mantenerse positivo y aprovechar para hacer otras cosas para las que habitualmente no tienes tiempo al estar siempre viajando».
Y entre ellas aparecen sus aficiones artísticas, que le vienen de familia. «Me gusta mucho pintar. Mi hermano es superartista y mi padre también, a mí me gusta como afición y justo tenía tablas nuevas y estuve pintándolas con mi hermano. Me encanta decorarlas», comenta. Se ha metido, asimismo, en el mundo de la orfebrería: «También me gusta. Como mi padre hace anillos y joyas, me está enseñando y voy a aprovechar para hacer algún anillo. Hay que mantenerse activo como sea». Y Gony lo hace.