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La futbolista redondelana, estrella del Benfica femenino, vive el confinamiento en Lisboa
24 mar 2020 . Actualizado a las 17:38 h.A la futbolista redondelana Paula Domínguez, Pauleta, el frenazo del deporte por el coronavirus le ha pillado en el año en el que estaba siendo la estrella del Benfica, donde milita por segundo año consecutivo. En su día decidió sumarse a un proyecto que comenzó en la segunda categoría con el objetivo del ascenso entre ceja y ceja y, tras lograrlo de calle, este curso su equipo dominaba en la élite del fútbol femenino luso hasta que la liga se interrumpió.
Fue, como en España, hace algo más de una semana, y con una secuencia de acontecimientos similar. «Primero declararon que se jugaría a puerta cerrada, pero un día después ya suspendieron la competición y los entrenamientos por tiempo indeterminado», señala. En su caso, además, también se cancelaron las clases en la facultad donde cursa estudios de Química.
Aunque con menos casos que en España, en Portugal se tomaron medidas parecidas para evitar la expansión del virus. «Por recomendación también del club, estamos en casa sin salir más que para lo imprescindible», comenta. Intentando, eso sí, entrenar en la medida de lo posible. «Nos pusieron planes personalizados que consigamos hacer en casa para mantenernos activas y perder lo mínimo posible de forma. Intentamos hacer algún circuito en casa», apunta también en referencia a sus compañeras de piso, que lo son al mismo tiempo de equipo.
Pauleta aclara que en su momento, antes del cierre de fronteras, nadie le prohibió volver a casa y pudo haberlo hecho. Fue decisión suya permanecer confinada en Lisboa. «Decidí quedarme por seguridad, por mí y por los míos. Es una cuestión de responsabilidad, ni me pongo en riesgo yo ni a mi familia», razona. Pero no fue una elección sencilla. «Es complicado estar lejos de ellos. Por gusto, claro que me iría a casa, porque va a durar bastante y estoy aquí sin hacer nada, pero hay que tener paciencia y confiar en que pase cuanto antes», asume.
No oculta que el día a día en este nuevo escenario es complejo. «Vivimos cuatro compañeras y estamos a la expectativa de lo que va a pasar. Nos cambió la rutina y no poder salir se hace aburrido y cansa la cabeza, pero al menos ayuda estar las cuatro», se consuela. Recuerda que ella estaba habituada a «una vida de entrenar y estudiar, muy activa», que ha experimentado un frenazo radical.
Cumpliendo sueños
Antes de este parón, todo estaba yendo a pedir de boca para Pauleta en lo individual y en lo colectivo, tal y como ella reconoce. «Tenemos tres competiciones: liga, donde vamos primeras; Copa de Portugal, que estamos en semifinales, y Taça da Liga, que iba a ser la final el 21 de marzo y se canceló», desgrana. Ve los tres objetivos «bien encaminados, aunque queda mucho trabajo por delante», pero recuerda que pase lo que pase está «muy bien para ser el primer año en Primera».
Porque el Benfica no tuvo rival en la temporada de su creación, en Segunda, pero escalar un peldaño hasta la élite suscitaba inevitablemente dudas. «En Segunda empezabas un partido y ya estaba casi ganado y de ahí pasas a Primera, donde todos los equipos son competitivos», sostiene. Aún así destacaron desde el primer momento. «Mantuvimos el bloque, nos conocemos muy bien, sabemos cómo juega cada una y nos entendemos. Estamos muy unidas para tirar adelante en momentos difíciles y eso en Primera es clave», valora.
En la temporada anterior era imposible ganar al Benfica (nadie lo hizo) y de ahí han pasado a que ahora «todos quieren ganar al Benfica». Preguntada por hasta qué punto se les quedaba pequeña la segunda categoría, admite que comentaban entre ellas «que el nivel estaba por debajo del del equipo», que se había formado con el firme propósito de ascender. «Coincidíamos en que venir al Benfica había sido un pequeño paso atrás para dar dos hacia adelante y se está confirmando». Porque, a ojos de Pauleta, tienen equipo para «estar en el top de Portugal muy pronto y de Europa en unos años».
Otro aspecto importante para la redondelana es la identificación total que siente con la filosofía del club. «Podían comprar una plaza y empezar en Primera, pero prefirieron no ser injustos entre comillas con equipos que llevan años luchando ese ascenso», algo que le llamó la atención desde su experiencia de pelear sin premio esa meta con El Olivo durante varias campañas. «Sé el esfuerzo que cuesta y valoro que lo respetaran y quisieran salir en Segunda», dice.
«Trabajo mucho y lo aprecian»
Pauleta está siendo pieza clave en el equipo y se muestra contenta al tiempo que subraya que «es fruto del trabajo y hay que seguir». «Trabajo mucho, me gusta mucho entrenar y leer el fútbol, el juego. El cuerpo técnico aprecia eso y me están dando confianza», agradece.
Y eso que admite que al llegar al Benfica tenía dudas de dónde estaría su nivel respecto al resto. «Piensas si habrán fichado a una mejor para tu puesto, si serán todas buenísimas y tú estarás por debajo... Te entran dudas, pero mi filosofía siempre ha sido pensar poco y trabajar mucho. Y hasta ahora ha funcionado».