
Luis Fernández y Ainhoa Lameiro, las dos realidades del eslalon, cambian el río por ingeniosos entrenamientos
14 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Luis Fernández y Ainhoa Lameiro, los dos mascarones de proa del eslalon en Galicia, llevan un mes sin poder tocar el agua, entrenando en casa con imaginación y pendientes de recibir los ergómetros que la Federación ha puesto a disposición de sus palistas.
Ainhoa Lameiro llegó a su casa de Salceda después de una pequeña odisea desde el centro de tecnificación de La Seu d’Urgell, en donde está ubicado el canal olímpico. «Me fui de La Seu el día anterior a que cerraran todo, pero me suspendieron el vuelo y tuvimos que alquilar un coche para venir para casa, viajando toda la noche y llegué el mismo lunes, cuando se cerró todo, por la mañana. En coche no tuvimos ningún problema, pero en el avión nos fueron aplazando el vuelo tres veces y en la última nos metieron dentro y al estar sentados nos mandaron bajar, que ya no podíamos viajar», recuerda.
A Luis el estado de alarma le cogió en su casa de Salceda, en donde reside y entrena desde hace dos años cuando abandonó La Seu, aunque con constates viajes al centro de León.
Los dos se las ingenian del mejor modo para entrenar, pero solo en el aspecto físico. «Estou tentando traballar moito exercicio físico sen pesas porque non teño na casa e traballo con gomas e fago exercicios co corpo», comenta Luis, mientras que Ainhoa parece más preparada para el confinamiento: «Mi entrenador en La Seu nos mandan los entrenos todos los días y hay que tirar que ingenio con garrafas, sillas, palos de escoba... y dos veces a la semana hacemos un entreno todos juntos por skype y lo hacemos como una mini competición».
El problema es que ninguno pudo tocar el agua. «Lo más parecido es subirse a una pelota de equilibrio y con un palo de escoba remar o en una silla simulando que remas», comenta Ainhoa. Ambos solicitaron la semana pasada unos ergómetros a la Federación para que el método no sea tan artesanal.
Los dos comparten que llevan peor el apartado físico que el mental durante este confinamiento. «No meu caso, o tema físico, porque no tema mental temos que entender que é unha situación excepcional que pillou así a todo o mundo, deportistas ou non, hai que adaptarse e punto», comenta Luis, mientras Ainhoa le saca el lado positivo: «Lo llevo peor a nivel físico, porque a nivel mental como estoy siempre fuera de casa en cierto modo me viene bien estar aquí y descansar un poco porque nunca tuve tanto tiempo para y estar tranquila».
Ninguno sabe cuándo podrán comenzar a entrenar y a competir. Luis comenta que están a mitad de todo y que lo próximo debería ser «retomar os selectivos e dependendo co calendario internacional engadir máis competicións nacionais» y Ainhoa tiene los ojos fijados en el Mundial de su categoría: «La Federación internacional está hablando de cambiar el Mundial sub-23 para septiembre u octubre pero no es nada fijo». Lo único, que al menos le quedan dos semanas sin pisar el río.