«Siempre he sido un luchador»

VIGO

ADRIÁN BAÚLDE

Samuel Blanco regresa al profesionalismo tras comprometerse con el Sporting Tavira portugués , donde competirá con Gustavo César Veloso y Álex Marque

04 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Volver al profesionalismo es por lo que estuve luchando los últimos dos años, aquí me sentiré realizado porque sé que puedo ser útil». Son palabras de Samuel Blanco Prol (Chapela, Redondela, 1994) poco antes de presentarse como nuevo ciclista del Sporting Tavira, el equipo más reconocido en el país vecino.

El redondelano fue una de las grandes promesas gallegas de su generación, pero se topó con más de un contratiempo que a sus actuales 26 años esgrime como prueba de que no es difícil de doblegar en ningún terreno: «Creo que es un punto a mi favor, porque los directores de los equipos pueden ver que no me arrugo ante los problemas y, aunque en una temporada vengan las cosas mal dadas, puedo llegar a mi objetivo, porque no dejo de perseguirlo». Y así le sucedió, tras escalar desde la base en el Club Ciclista Vigués al profesionalismo, pasando por el Súper Froiz y el Rías Baixas. Fue su primer desembarco en Portugal, pero el LA Aluminios Metalusa terminó por desaparecer y se vio obligado a recalificarse como amateur para perseguir otra vez su sueño.

El Rías y el Froiz marcaron su nuevo camino de regreso, pero se cruzó en medio una mononucleosis, la muerte de su abuela y hasta una pandemia, que le obligó a preparar una temporada clave para él con un exceso de horas de rodillo: «Sabía que el campeonato de España era mi trampolín hacia la competición profesional y no podía fallar, estaba muy mentalizado, pero también con la exigencia de que por mi edad sería seguramente la última oportunidad que tendría».

Y Samuel lo consiguió. Se adjudicó el título estatal de carretera, después de disputar solo tres carreras en la extraña -y recortada- programación del 2020. El de Chapela siempre se ha mostrado muy sólido entre los profesionales y en Baeza logró imponerse en una cita en la que siguieron el ritmo de los profesionales, de hecho, además del título Élite fue noveno absoluto a solo 32 segundos del campeón, Luis León Sánchez.

«Mi meta solo podía ser llegar de nuevo al máximo nivel competitivo y, aunque estuvimos mirando algunas opciones en España, los que más se interesaron por mí fueron los del Tavira. Estuvimos en contacto desde hace unos meses, pero lo tenía claro y, en cuanto se confirmó que estaría con Álex Marque y Gustavo César Veloso, ya no lo dudé», relata Blanco Prol, que tampoco hace distinciones entre sus dos acompañantes gallegos en la travesía lusa: «Son dos grandes deportistas y también destacan pro su compañerismo. Los dos han logrado victorias importantes y será un honor para mí poder arroparlos en carrera, cuando así sea necesario. Siempre das el 100 % cuando compites, pero si además tienes que ayudar a amigos, te empleas al 200 % y es lo que haré en el nuevo club».

A día de hoy, Samuel Blanco aún conserva muchas dudas en cuanto a su papel en la formación portuguesa, aunque a nadie escapa el hecho de que la prueba reina del calendario para su nuevo equipo será el punto neurálgico de la temporada. Tampoco se puede olvidar que Veloso es ya una figura histórica en esa ronda por etapas y que el mismo Marque ha destacado en los últimos años, tanto en la general como en sus distintas etapas.

El campeón de España ya piensa también en esos desafíos, aunque reconoce: «Tengo aún una conversación pendiente con el director deportivo de mi nuevo equipo, pero sí parece evidente que me han fichado porque puedo ser capaz de superar la montaña y ayudar a mis compañeros en la parte final de las carreras. En ese sentido, siempre he pensado que estoy preparado para realizar esas funciones entre los profesionales y ahora llega mi momento de demostrarlo. Intentaré ganarme un puesto en la alineación para la Vuelta a Portugal y si es a Veloso y a Márquez a los que tengo que ayudar, será más bonito todavía».

Y es que ese tridente galaico ilusiona de modo extraordinario a un ciclista al que le tocó rebelarse contra la adversidad. Vuelve a colarse por la puerta grande en un escenario en el que ya había estado hace años y lo hace con un maillot que «poca gente ha logrado conquistar». Y añade: «Fue mi triunfo más importante y, además, me permitirá demostrar en los próximos meses hasta dónde puedo llegar. Siempre he sido un luchador».