
Una lasca de la obra de Palacios se cayó este fin de semana
02 sep 2021 . Actualizado a las 02:13 h.La Virgen de la Roca ha perdido este fin de semana un fragmento de su monumental manto. A la majestuosa pieza escultórica que Antonio Palacios levantó sobre las rocas del monte Sansón hace 90 años se le ha desprendido una lasca de unos cincuenta centímetros de la parte frontal.
El granito se precipitó desde más de diez metros de altura y rompió en varios pedazos al alcanzar el suelo, pero no hubo daños personales. El alcalde de Baiona, Carlos Gómez, mostró su preocupación e indicó que ya en julio se había detectado una grieta por lo que «se advirtió a Patrimonio, se valló la zona y se encargó un informe técnico». El estudio del departamento municipal ya apuntaba el riesgo de posibles desprendimientos, informó por su parte el edil de Urbanismo, Víctor Muñoz. La mejor noticia es que, según ese informe, «no hay riesgo estructural ya que la evaluación preliminar determinó que era una grieta superficial que afectaba solo al revestimiento».
Muñoz señaló que ya han encargado a la misma empresa que acometió la ultima intervención en el conjunto, en el 2014, un informe técnico «que permita determinar con exactitud los daños y el estado» de la virgen pétrea de Palacios. «No es fácil encontrar restauradores para monumentos de este calibre», apuntó el edil al destacar la importancia de actuar con las cautelas que exige cualquier posible intervención. Cualquier actuación, además, ha de contar con las preceptivas autorizaciones de Patrimonio.
Una de las tareas más complicadas de cara a la consolidación del conjunto es la de la colocación de los andamios ya que, además de estar en una zona elevada, la base sobre la que se alza no es plana. Los últimos en hacerlo fueron los especialistas de la empresa Proyecto Arte, que restauraron el conjunto hace siete años y que ahora elaborarán el informe técnico que determinará las futuras actuaciones. Unas grietas en la corona de la virgen fueron las que desataron las alarmas entonces aunque la actuación incluyó un lavado integral del manto debido a la degradación de la piedra con una especie de vapor de agua, según indicó el entonces regidor de la villa, Jesús Vázquez Almuiña. La utilización de este método permitió aclarar y limpiar el monumento por completo.
Las principales reformas que se llevaron a cabo fueron las relativas a las grietas en el arco que rodeaba la corona. Al estar tan expuesta al mar, el agua salada se había filtrado por la piedra y había afectado a las varillas de hierro que van por el interior de la corona. No fue necesario desmontarla por completo, puesto que los daños encontrados no eran a nivel estructural. Se sometió a un aseado integral porque había colonias de líquenes y hongos en toda la superficie de la estatua. La reforma duró cuatro meses y supuso una inversión de 58.000 euros, de los que 39.000 fueron aportados por la Diputación. En el 2005, la empresa Comercial Doca asumió la recuperación del barco que la Virgen sostiene en su mano derecha. La estructura estaba dañada por el óxido y la erosión del viento, al igual que la barandilla de la escalera interior de caracol por la que se accede al mirador. La imagen se reforzó y la barandilla se sustituyó por otra de fibra de carbono. Al conjunto se le aplicó después un mortero específico con cemento, resinas sintéticas y humo de sílice que se recubrió con fibra poliamida para recuperar los desconchados.
En la última intervención se descubrió, gracias al tratamiento del vapor de agua, que uno de los pliegues de la parte inferior del manto, guarda gran similitud con la forma de una ola. Es un hecho trascendente ya que la maqueta del monumento promovido por el ingeniero Laureano Salgado y costeado por suscripción popular semejaba tener olas en la base.