
Los fletes con Asia y América superan los 10.000 euros. Los de carga refrigerada son los más difíciles de conseguir
27 feb 2022 . Actualizado a las 21:50 h.Pese a un mercado marítimo global congestionado, caro e inestable, el tráfico de contenedores en Vigo está alcanzando cifras históricas. Hasta 2.986.674 toneladas de mercancía se embarcaron y desembarcaron en los muelles de la ciudad el pasado año en coloridas cajas de acero o metal de veinte pies (la medida estándar de un teu). De media, las compañías logísticas locales movieron 655 teus al día, una cifra que no se alcanzaba desde el 2008, justo antes del estallido de la crisis financiera internacional.
China, Francia y Estados Unidos ocupan el podio de países con los que Vigo mantiene una relación comercial contenerizada más sólida. En el 2021, el puerto movió 272.387 toneladas con el gigante asiático y 255 contenedores más que el año anterior. Con el país galo, el intercambio de mercancías fue de 270.209 toneladas, especialmente de tráfico ro-ro (cargamento rodado), un 20 % más que en el mismo período del año anterior a pesar de la crisis de abastecimiento de componentes electrónicos que condiciona al sector de la automoción y que ha provocado la pérdida de 130.000 vehículos menos fabricados en la planta de Stellantis en Balaídos. Con Estados Unidos, se transportaron otras 178.319 toneladas, aunque se intercambiaron menos cajas que en el año del inicio de la pandemia. Marruecos (167.341 toneladas), Brasil (129.907) y el conjunto de otros puertos de España (123.382) son las demás rutas con las que Vigo intercambió más de 100.000 toneladas de mercancía en el 2021.
Según la Autoridad Portuaria, las navieras CMA-CGM y X-Press son las que se muestran más activas en Vigo y las que están captando y fidelizando un mayor número de clientes.

Los cuellos de botella provocados por la reactivación posconfinamiento explican el crecimiento del tráfico contenerizado de Vigo con el resto del mundo, pese al aumento histórico del precio del transporte por mar. Hace seis meses, el flete transoceánico superaba de media los 10.000 euros por viaje. Y esta tensión comercial todavía no se ha resuelto. «En la terminal de Vigo, la operativa de carga y descarga, así como su despacho, se ha realizado con buenos rendimientos», apunta el presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Vázquez Almuíña.
Importación disparada
Las operaciones dedicadas a la importación de productos son las más costosas, en todos los sentidos. «Todavía registramos mucha demanda y poca oferta. Y en Europa hay poco equipo», destaca el vigués Santiago Juste, director en Galicia del grupo Green Ibérica, antes de referirse a que es en Asia donde se encuentran las infraestructuras disponibles. Durante los últimos meses, «las exportaciones se han mantenido más estables», indica, y es en movimientos de importación donde han notado una ligera estabilización de precios, aunque todavía están muy lejos de recuperar los niveles de cotización que se barajaban antes de la emergencia sanitaria del coronavirus. Juste señala, además, que son los contenedores refrigerados los más difíciles de conseguir desde Vigo, una situación que el sector augura que se corregirá en el mes de abril, una vez superada la costera del atún.
El Baltic Dry Intex, uno de los indicadores de costes de transporte más antiguo del mundo, empleado como referencia adelantada de cómo evolucionará la economía, revela que, desde noviembre, los precios de las rutas marítimas se han desplomado en un 52 %, anticipando una normalización de los precios.
Pese a todo, el tráfico de contenedores bate récords en Vigo. De hecho, los meses de diciembre del 2021 y enero del 2022 han registrado sus récords históricos, con unas subidas del 7,3 % y del 9 %, respectivamente, pese a todas las tensiones internacionales. En ambos meses se superaron las 200.000 toneladas movidas, cifras que no se daban desde hace catorce años.
Extremada congestión
La plataforma digital iContainers, referencia mundial del sector, apunta que las rutas del Oriente Medio y Lejano Oriente y las que atraviesan el Mar Rojo y el Negro presentan en la actualidad una situación de extremada congestión, lo que incrementa los precios del movimiento de contenedores y su volatividad. Existe escasez de equipos vacíos de 40 pies (feus) y el precio final lo determina la fecha definitiva de embarque y no la de reserva.
Expertos del sector auguran que las tensiones del transporte marítimo que estallaron tras el bloqueo del canal de Suez se prolongarán todavía hasta el 2023.
Las congestiones continúan en los envíos hasta puertos de América y Asia
Transportar un contenedor hasta el otro lado del Atlántico se ha convertido en una tarea especialmente costosa. Las rutas marítimas hasta los puertos de Estados Unidos, México y Centroamérica continúan congestionadas, según apunta Santiago Juste, responsable de la naviera Evergreen en Galicia. iContainers, plataforma de referencia para comparar tarifas de importación y exportación de contenedores entre diferentes puertos del mundo, advierte del riesgo que conllevan los viajes con estos puertos, debido a «falta de espacio» y que la carga podría estar sujeta a retrasos y correspondientes recargos asociados. El coste por contenedor hasta aquí supera los 10.000 euros, tanto hacia la costa este como la costa oeste de Norteamérica.
Una advertencia similar se produce cuando se solicita un presupuesto para enviar desde los muelles vigueses un paquete de acero hasta los puertos más emblemáticos del este de Asia, como Shanghai, Yantian o Shenzen, donde «hay equipo suficiente» pero los precios todavía permanecen altos, superiores a los 8.000 euros por contenedor.
Recargos de guerra
La invasión rusa en Ucrania es un nuevo factor y condicionante a tener en cuenta en toda esta red de inestabilidad comercial. Vigo mueve 26.000 toneladas al año con esta zona europea del conflicto. Varias navieras, entre ellas Evergreen, ya han suspendido sus líneas con los puertos de Odesa (Ucrania) y Novorosíisk (Rusia), pero por ahora mantienen sus envíos hasta Moscú. Además, ya han sido advertidos de que se les podrían aplicar recargos de guerra, una tasa en estas situaciones bélicas. Se anuncia otra subida de precios.