Las academias se vacían en verano al adelantarse las recuperaciones

Daniel Portela Otero VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Algunos han parado su actividad y otros continúan con personal reducido

20 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las principales novedades que trajo la última reforma educativa, impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez, es la eliminación de los exámenes de recuperación en septiembre para la ESO y el bachillerato. Eso también afecta de forma directa a las academias de enseñanza, porque antes se llenaban en verano para preparar la convocatoria de extraordinaria; pero esta se ha celebrado en junio. Este es el primer verano sin matriculaciones masivas. Las academias todavía tantean el terreno: algunas, las que menos, han optado por cerrar; otras, aguantan con poco alumnado y con reducción del personal; e incluso hay quien ha intentado diversificar su actividad sin mucha suerte, de momento.

La de Carlos Salgado (Academia Salgado) —especializada en el apoyo a la educación a distancia para adultos y recuperaciones— es una de las que ha preferido cerrar por la falta de alumnado: «No tenemos margen de maniobra. O nos dedicamos a otra cosa o dentro del trabajo que teníamos nosotros ya no hay». Señala la nula rentabilidad que habría tenido continuar con, por ejemplo, cuatro únicos alumnos durante el verano. Según Salgado, la única opción habría pasado por que él, que es el propietario, se hubiese quedado dando clase solo.

En otros centros, han decidido mantener su actividad, pero con reducción de personal. Es el caso de la Academia Aristos, donde se han quedado dos de los tres docentes; la Academia Universitaria, en la que continúan dos de los nueve que normalmente son, o el Centro de Estudios Ágora, en el que han dejado de contar con ocho profesores para ser únicamente tres. Begoña Villar, de la Academia Vivar, se ha quedado sola con media docena de alumnos y sin saber qué hacer por la sorpresa de la situación: «Si en agosto no viene nadie, tendré que cerrar».

El Centro Ágora ha reducido su personal casi a la mitad en verano
El Centro Ágora ha reducido su personal casi a la mitad en verano Oscar Vázquez

Desde la Academia Vidal, Sara Fernández documenta una reducción del alumnado del 90 % respecto a otros veranos: «Éramos una academia donde julio y agosto eran nuestros fuertes. Solíamos tener cerca de 60 alumnos en julio y otros 60 en agosto. Ahora en julio, tenemos ocho o nueve».

El perfil del alumno que sigue yendo a academias de apoyo es «gente que ha suspendido y que, aun así, pasa de curso», como lo describe María Paz Alonso, de Academia Aristos, donde también acogen a alumnado de segundo de bachillerato que quiere adelantar materia. En Ágora, por ejemplo, también preparan la prueba libre de obtención del título de la ESO y continúan con la enseñanza de más 25.

Imagen de archivo de una docente de academia
Imagen de archivo de una docente de academia Antía Castillo

Nuevo curso

Todo apunta a que este año habrá más matriculaciones en los refuerzos debido al anticipo del arranque del curso, que será para todos los niveles escolares —excluido el universitario— el 8 de septiembre. Esto adelantaría el período de descanso de las academias, que normalmente era en el primer mes del curso. «Es cuestión de reorganizar la actividad. El año pasado la baja era en septiembre y este año vamos a tener más matriculaciones», prevé la dueña de la Academia Aristos.

Esta redistribución de la actividad ya la han empezado a notar en el Centro Ágora durante el curso pasado, cuando tuvieron 50 alumnos más y se adelantó hasta noviembre el momento de colgar el cartel de plazas ocupadas. «Septiembre se supone que va a ser mejor que los malos septiembres anteriores», indica, aunque con cautela, la responsable de la Academia Vivar, que vaticina que «el trabajo va a ser el doble de duro». «Yo soy de las que opina que todo cambio puede ser bueno», matiza la de Vidal, que defiende la necesidad de una inyección económica para que eso sea posible: «La manera de evaluar no puede ser solo con un examen o, si suspende, recuperación tras recuperación; tiene que ser constante en asistencia, deberes, trabajo, etc. La educación tiene que ser muy personalizada, cada una con su inteligencia. El evaluar un alumnado solo con exámenes está totalmente anticuado».

La situación ha hecho repensar su actividad a algunos centros. En Academia Universitaria ofertaron un campamento de verano de estudio; en Academia Vidal propusieron talleres. En ninguno de los casos con éxito, pero comparten la intención de abrir el modelo de cara al año que viene.

La convocatoria extraordinaria es ahora una carrera contra reloj

La consecuencia de la reforma es la realización de las recuperaciones en junio, con períodos de entre diez y veinte días para prepararlas. «En materias como inglés, que necesitas empapar a una persona, ya no hay margen de maniobra», explica Carlos Salgado, que señala una «deformación del aprendizaje educativo» a causa del cambio. «No todos van al mismo ritmo. Los que estaban acostumbrados a dejar cuatro o cinco y recuperarlas, repiten», apunta Teresa Múñoz, del Centro Ágora. Paulina Fernández, de Academia A4, explica el anterior éxito de recuperación de las materias por la supresión de la presión habitual: «En verano al no tener la presión de los exámenes, aprenden mejor; están más relajados, se van a la playa por la tarde».

Las respectivas responsables de las academias Vidar y Vival, Begoña Villar y Sara Fernández, señalan la desmotivación general ante la imposibilidad de recuperar tantas materias en poco tiempo, que ha derivado, según Fernández, en que «los que tenían tres o cuatro suspensas, aprobaron dos, pasan con dos» y siguen «tirando del carro». Los responsables de las academias entrevistados coinciden en que este año las convocatorias extraordinarias no han sido efectivas; ahora es momento de centrar la mirada en preparar la carrera de fondo.