Puro Delirio organiza comidas en las que los comensales deberán adivinar los ingredientes sin la ayuda de la vista
18 feb 2023 . Actualizado a las 00:32 h.No dan de comer ni insectos ni casquería. Lo advierten desde el restaurante Puro Delirio, situado en el Casco Vello, porque la actividad que proponen todos los domingos consiste en participar en una comida con los ojos tapados. El juego gastronómico está pensado para diez personas que no tiene por qué conocerse entre sí, pero sí tratarán, de forma conjunta, de adivinar los ingredientes de los platos que probarán, así como de la bebida que la acompañará. Tras pagar treinta euros e inscribirse previamente, los comensales serán guiados por un maestro de ceremonias que, además de ser sus ojos, les irá dando instrucciones.
Los habituales del establecimiento partirán con ventaja debido a que todos los ingredientes que reclamarán un reconocimiento están o estuvieron en la carta del restaurante. El juego se repite cada domingo a las 13.00 y a las 15.00 horas.
No es esta la única experiencia para adultos que organiza el restaurante de la calle Teófilo Llorente. Todos los jueves propone una juego de escape room. Señalan que se juega por equipos formados desde dos a seis jugadores. En este caso hay turnos a las 20.00 y a las 22.00 horas y el precio es de ocho euros, incluyendo una consumición.
Cada mes, los responsables del establecimiento proponen un tema sobre el que se desarrollará este juego de escapismo. Añaden que estos temas siempre están relacionados con la decoración del mes del local, pero cada semana, el misterio que deberán resolver los participantes es diferente. «Los enigma pueden resolverse tanto dentro del local como por las calles del Casco Vello», apuntan desde Puro Delirio. Añaden que al término del mismo, si lo desean, los participantes pueden cenar en el local.
El restaurante Puro Delirio realizó el pasado mes de octubre fiesta de terror, en las que participaron actores y fueron seguidas por muchas personas. Una vez concluidas las cenas, este espacio se convierte en una discoteca en la que la música oscila entre Sara Montiel y Rosalía. Estas singulares selecciones tienen sus propios playliste en la plataforma de música de Spotify.