De aquellos pocos tilos a estas muchas talas

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Una ciudad que acepta con indiferencia la eliminación de su arbolado urbano más relevante está enferma

09 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Recién inaugurada oficialmente la campaña electoral seguramente a muchas personas humanas nos vendrá bien calmar los nervios y estados de ansiedad de forma natural y para eso nada mejor que una buena infusión de tila, excusa perfecta para presentar a este ilustre vecino arbóreo que se encuentra justamente ahora en plena floración. Nuestro amigo pertenece a una amplia familia en la que destaca el más conocido, el de hoja ancha (Tilia platyphyllos) el de hoja pequeña (Tilia cordata) que con frecuencia se hibridan dando lugar a ejemplares intermedios y el plateado (Tilia tomentosa). A pesar de tratarse de una especie autóctona en Europa no lo es, estrictamente hablando, en Galicia y menos tan cerca de la costa atlántica. El límite natural de los tilos llegaba justo hasta la frontera con Asturias, por lo que todos nuestros tilos han sido plantados. Su gran porte, que puede llegar a los 30 metros, y frondosidad los convirtió en árboles ideales para dar sombra en los paseos urbanos (recordemos la famosa avenida de los tilos en Berlín, un símbolo de la ciudad) además de aromatizar el aire con sus racimos de flores. Su madera también es muy apreciada en ebanistería y para hacer tallas o cajas de resonancia de instrumentos musicales. Otros usos menos amables incluían su carbón, muy indicado en la fabricación de pólvora. Un truco para identificarlo consiste en fijarse en sus hojas con forma de corazón, que aunque a primera vista parecen simétricas no lo son y uno de sus lóbulos sobresale más que el del otro lado. Otro truco es tocar (tocar no es arrancar) sus hojas para notar su pilosidad. Estos detalles, junto con su corteza gris, generalmente muy agrietada, hacen que se le identifique con facilidad. En nuestro catálogo de árboles singulares figura destacado un ejemplar (el único existente cuando se elaboró el listado) de tilo de hoja pequeña en los jardines del Areal, y varios ejemplares de tilo de hoja grande que destacan en Castrelos, A Guía y nuestros más antiguos que superan el siglo de vida en los jardines del colegio Santiago Apóstol. Pero tratándose de árboles de gran porte inevitablemente en Vigo hemos tenido bajas significativas, entre las que destacan aquel tilo plateado de unos 200 años de edad, el más veterano de la ciudad que, tras ser salvado en 2007 cuando comenzaron las obras en el entorno de Villa Laura y trasplantado a la zona próxima a Pintor Colmeiro cayó siete años después víctima de la motosierra. Hoy no sería ninguna noticia, pues ya resulta habitual, pero entonces fue de las primeras talas que saltó a los medios y provocó la indignación ciudadana. Eran otros tiempos. Actualmente ya nos hemos acostumbrado y, salvo muy meritorias excepciones, casi la resistencia, asistimos con indiferencia a este arboricidio cotidiano. Alguna vez dijimos, y lo reiteramos, que una ciudad que acepta con indiferencia la tala de su arbolado urbano más relevante es una ciudad seriamente enferma.

 Infusión para los nervios

 La infusión de tila, que quizás a muchas persona sorprenda saber que sale de un árbol por la que se conoce a nuestro primo se hace principalmente con sus flores y hojas ricas en flavonoides, y aunque se conoce sobre todo por sus propiedades para calmar los nervios nos ayuda también a combatir el insomnio, reducir la presión arterial, alivia cólicos, migrañas, indigestiones y es también antiinflamatoria y diurética. Como verán, casi todo lo necesario para ayudarnos a sobrellevar otra campaña electoral.