![](https://img.lavdg.com/sc/NLhqwtNklgfHE6VupI7CUQjDgFk=/480x/2023/07/27/00121690471022293764722/Foto/VL28C8F1_171636.jpg)
En 1981, Mateo Fernández abrió en el centro de Vigo la óptica Suiza, y a día de hoy es de las más antiguas de la ciudad; en los años 90 se adhirió al grupo nacional Federópticos, que Mateo presidió durante siete años
28 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Tras su jubilación este año, Mateo Fernández (Madrid, 1957) deja a sus espaldas una trayectoria de más de 42 años y una de las ópticas más antiguas de Vigo, Federópticos Suiza, situada en la plaza de América. Estuvo en la fundación del grupo Federópticos, del cual fue presidente durante siete años y que en el 2023 celebra su trigésimo aniversario. En la óptica, donde sus sobrinos continúan el negocio familiar, se aplican unos de los métodos más modernos en el sector.
«Al principio era un socio más del grupo. Éramos alrededor de 50 ópticos españoles que queríamos hacer una cooperativa con una misma filosofía de tratar la óptica». De esta manera recuerda Mateo Fernández el origen del grupo Federópticos. Estuvo en el momento de la fundación y paso por varios puestos antes de asumir la presidencia de la cooperativa, a mediados de los 2000. Mateo se enorgullece de haber participado en cada etapa de la organización, tanto en los momentos prósperos como en las situaciones más amargas.
A pesar de contar con un recorrido de este calibre, el óptico no titubea al compartir cuáles fueron las mejores experiencias de toda su carrera. «Los casos que he tratado son de niños con problemas. El 90 % de la información que recibe el ser humano es visual y, aunque los adultos la usan para informarse, los niños la usan para formarse», explica. Gracias a diferentes métodos, Mateo llegó a escuchar de varios padres que sus hijos habían cambiado completamente: atendían, escuchaban, eran otros. «Es lo más grande que un profesional puede llegar a escuchar».
Una carrera tan sostenida otorga al expresidente de Federópticos una visión rica en detalles sobre el panorama de la óptica a lo largo de las últimas décadas. «Ha cambiado claramente la propagación de la miopía. En la actualidad, podemos hablar de una verdadera pandemia». El cambio en nuestros hábitos es el gran responsable de esta evolución. Las horas delante del ordenador, las videoconsolas y en general la exposición alargada a las pantallas son algunas de las principales causas.
«El teletrabajo tampoco ayuda para nada», continúa el óptico. Esta modalidad laboral ha provocado que muchos defectos de vista en adultos que estaban latentes y podían disimular, hayan empeorado y ahora sean imposibles de ignorar.
Estos problemas inciden especialmente en la infancia. «Es algo a lo que hay que estar muy atentos, ya que un niño nunca te va a decir que no ve bien», advierte Mateo. En este caso, se debe prestar atención a si los más pequeños rehúsan la lectura, no distinguen caras ni fotografías o si se rascan mucho los ojos. Si este es el caso, lo más probable es que tengan defectos visuales. «Aun así, la única manera de asegurarlo es asistiendo a una revisión ocular, por lo menos una vez al año», recalca Mateo.
Para todos estos tipos de deficiencias, Federópticos Suiza cuenta con las herramientas adecuadas para hacerles frente. En el centro se usan las técnicas más innovadoras. Un buen ejemplo es el Orto-K, un método que permite frenar las miopías sin lentes ni intervenciones quirúrgicas, tan solo con un aparato que se coloca al dormir. «Es una práctica que utiliza mucho la gente que se presenta a oposiciones en las que tienes que pasar pruebas de vista sin gafas, lentillas ni operaciones», comenta el óptico.
Mateo no deja de sorprenderse de las imprudencias que la gente comete en su día a día, sin ser conscientes de los efectos a largo plazo que provocan en su salud ocular. «Las gafas de sol, por ejemplo. Parece que por ponernos algo en los ojos el problema está resuelto, pero no», señala. Añade que el ojo de por sí tiene mecanismos de defensa ante la luz solar. Al usar lentes incorrectas, más luz entra en el globo ocular, dañándolo en extremo. «Usar gafas de sol malas es pegarse un tiro en el pie», sentencia. «¿Cuando quieres comprar una aspirina, adónde vas? Pues es lo mismo. Si compras unas gafas en una óptica cuentas con la garantía de un equipo especializado en la protección de tu ojo».
Este y otros temas, explica Fernández, son puntos que se podrían incluir en un Plan Nacional de Salud Visual. «Tiene que haber un plan común para todas las comunidades autónomas que trate de resolver estos problemas. Cada una tiene su normativa, pero si no se crea una estrategia a nivel nacional, es imposible que estas medidas calen», comenta. La creación de este plan es un tema de discusión en el ámbito de la óptica y la optometría.
Se contempla también la integración del servicio de óptica en el Sistema Nacional de Salud. Es algo que otros territorios, como Aragón, Andalucía o Navarra, ya han implantado. En total, son once las comunidades que incluyen un servicio público de óptica, pero Galicia no está entre ellas. «Con la Xunta únicamente se han dado algunos conciertos en los que se ha demostrado que la oftalmología está sobresaturada, pero nada más allá de eso», comenta Mateo. Asegura que delegar funciones en especialistas ópticos agiliza las listas de espera, algo importantísimo en la detección precoz de problemas visuales en niños. Cuanto más corta sea la espera, menor es la probabilidad de derivar en casos irremediables.
El expresidente de Federópticos cree que el traspaso de este servicio es uno de los hitos a alcanzar en el terreno de la óptica en los próximos años. Vaticina, con cautela, que este cambio se producirá en la próxima legislatura, y sospecha que hay razones económicas detrás de la exclusión de la óptica-optometría del Sistema Nacional de Salud, al no querer crear nuevos puestos de trabajo. «La Administración debe saber que el dinero es importante, pero la salud lo es más».