Berta Álvarez: «Ser la primera mujer presidenta es vivir en primera persona un cambio real del Vigo Rugby»

Berta Álvarez (Ourense, 1980) es la primera mujer que preside el Vigo Rugby. Exjugadora e integrante de la directiva con experiencia en la coordinación, da un paso más ante la decisión de su antecesor de dejar el cargo. Confiesa que su primera respuesta cuando se lo propusieron fue negativa, pero al final se ha puesto al frente con muchas ideas y ganas de afrontar este reto.

—¿Cuándo supo que la presidencia quedaba vacante?

—Hace unos meses, Xoán (Martínez) me comunicó que quería dejarlo por falta de tiempo y temas personales y profesionales. Él pensó en mí y me lo propuso, pero no era algo que tuviera en mente. Ni de broma me imaginaba que iba a acabar aquí, no era mi intención.

—¿Hubo que insistir o lo tuvo claro desde el primer momento?

—La primera vez, le dije que no, no me veía. Ahora, estoy en un proceso de cambio profesionalmente y son muchas cosas las que se me venían encima, por eso me veía un poco desbordada. Pero luego, dándole vueltas, me pareció que lo podría sobrellevar y acepté. Al final, es un club amateur y tampoco creas que hay muchas opciones. Nadie quiere este tipo de responsabilidad. Ya cuesta que entren a formar parte de la directiva, como para querer la presidencia. El día 17 de julio se votó en asamblea.

—¿Es especial ser la primera mujer presidenta?

—Sí. Es como vivir en primera persona ese cambio real en el club, porque hace años hubiera sido impensable. Este es un deporte mayoritariamente practicado por hombres, pero es un hecho que las cosas están evolucionando. Ya nunca había habido mujeres en la directiva antes y menos en la presidencia. Pero en la dinámica que llevábamos, tampoco es nada raro que ocurra.

—¿Cómo están siendo estas primeras semanas?

—Como estamos en vacaciones, por así decirlo, he seguido haciendo mis funciones y, al mismo tiempo, intentando ponerme al día con temas que hasta ahora no gestionaba, viendo lo que está pendiente para seguir avanzando y tener una visión más amplia del club de la que ya tenía.

—Partirá con ventaja al tener ya un conocimiento profundo desde dentro.

—Sí y no, porque no he tenido hijos ni he estado en la parte de entrenadora. Sí he sido jugadora muchos años, fui capitana del equipo femenino y me responsabilicé de hacer la labor de representante del equipo. Pero con las categorías inferiores no tenía demasiado contacto directo hasta que estos últimos años, que al levar la coordinación, sí las he conocido más. Pero siempre hay cosas a las que no llegas.

—¿Cuenta con la orientación de su antecesor?

—Sí. Él en su día decidió que no continuaría en la directiva, pero tiene una hija en el club y seguro que seguirá echando una mano. Una de las condiciones para aceptar el cargo fue contar con esa ayuda ahora, el principio.

—¿Continuará con sus funciones previas?

—De momento, sí. Estamos buscando gente para cubrir las vacantes en la directiva, que hubo más, y quiero darle una vuelta e igual plantearlo de otra manera. Según la gente que consigamos, iremos viendo cómo nos podemos organizar.

—¿Qué retos tienen por delante?

—A más corto plazo, la captación, pero ese lo tenemos cada año. Necesitamos jugadores y jugadoras, sobre todo a partir de 16 años, que es cuando es más difícil la permanencia al irse a estudiar fuera o que quieren tener los fines de semana libres. En el equipo femenino, también hace falta siempre más gente. A nivel de categorías inferiores, queremos empezar un proyecto en colegios e institutos para difundir el rugbi con esa finalidad de la captación.

—¿Se plantean pelear por el ascenso del equipo masculino?

—Otro reto es jugar la fase, que no lo hicimos porque luego no tienes derecho a renunciar si lo consigues. Esta temporada sí que aspiramos a intentarlo. Aunque, en relación con esto, también tenemos el problema del campo, que necesitaríamos que estuviera homologado y hace dos años no nos lo concedieron.

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