
Anfibios, aves y murciélagos pueden ayudar a controlar la expansión de la especie invasora que ha aparecido en Vigo
20 ago 2023 . Actualizado a las 22:22 h.Era agosto del 2015 y en estas mismas páginas publicamos un artículo sobre la expansión, ya entonces incontrolable, de la avispa asiática. Hacíamos un pronóstico sobre las especies invasoras que serían las siguientes en llegar. En el artículo, titulado Las especies invasoras que acabarán llegando, decíamos concretamente: «Muy probablemente, el próximo en llegar, y es casi un milagro que no lo tengamos ya por aquí, será el mosquito tigre, que nos hará pasar noches gloriosas. Como bien decía el Dalai Lama, ‘si crees que eres demasiado pequeño para marcar la diferencia, trata de dormir con un mosquito'». Agosto de 2023: se detecta en Moaña, y unos días después en Vigo, la presencia del mosquito tigre por primera vez en Galicia.
Hace ocho años ni teníamos el don de la clarividencia ni una bola de cristal. Era un simple cálculo de probabilidades con base en distintos factores que influyen en la expansión de especies invasoras, entre las cuales destacaba la desaparición del factor limitante del clima, uno de los daños colaterales de la emergencia climática.
Como ya sabrán por lo mucho que se ha publicado sobre el Aedes albopictus (que así se llama científicamente el bichín), el principal problema de su expansión no son las noches terribles que hacen pasar sus zumbidos y las picaduras muy irritantes de sus hembras, sino que es un vector de transmisión de muchas enfermedades, algunas de ellas tropicales, por lo que su presencia debe considerarse como un potencial riesgo sanitario.
El protocolo lógico ante las primeras evidencias de la presencia de una especie invasora sería concentrar todos los esfuerzos posibles, de forma inmediata, en la zona en la que se detecta, cuando su expansión todavía es territorialmente abarcable. En Galicia se suele hacer lo contrario y se empiezan a tomar medidas cuando la expansión de las especies invasoras ya es incontenible e inabarcable. Controlar al mosquito tigre adulto es muy complicado (de ahí su éxito invasor), pero se puede actuar en su fase larvaria, cuando es más vulnerable y no se escapa volando, evitando así que lleguen a adultos.
Necesitan agua estancada para que sus huevos eclosionen, incluso en cantidad tan pequeña como los platos de una maceta o el charquito de un desagüe. Evitemos esas pequeñas aguas encharcadas y a mayor escala se podrían utilizar selectivamente larvicidas en los alcantarillados. Sin duda, estarán pensando en los insecticidas, pero tenemos malas noticias. Nuestros primos mutan y se hacen resistentes a la mayoría de ellos basados en los piretroides y esparcir a lo loco ese veneno no selectivo es peor remedio que la enfermedad.
¿Cómo lo podemos combatir, entonces? Pues, por lo menos, que la crónica de la llegada anunciada del mosquito tigre nos sirva para poner en valor el papel de nuestros mejores insecticidas naturales, cada vez más amenazados y, en muchos casos, en peligro de extinción (¿se dan cuenta de la relación causa-efecto?). Defendamos a los anfibios y sus hábitats, sistemáticamente destruidos en Vigo cada vez que a alguien se le ocurre hacer una «limpieza» de fuentes y estanques urbanos en los parques. Cuidemos las charcas, los ríos y regatos del rural, el principal hábitat natural de estos valiosos aliados. Protejamos a las aves insectívoras que nos protegen y a las que, paradójicamente, los insecticidas están envenenando (igual que a los murciélagos) y a las que eliminamos sus refugios y zonas de nidificación cada vez que cortamos árboles y arbustos. En definitiva, defendamos a la naturaleza que nos defiende.