No es la primera vez que aparecen un garaje comunitario bajo suelo público. El Concello descubrió uno similar cuando llevó a cabo las obras de humanización de la calle Esperanto, la pequeña avenida que comunica Urzaiz con el colegio Alba, poco antes del cruce de Os Choróns.
La administración local tuvo que paralizar las obras al detectar que el subsuelo de la calle estaba hueco. Tras una investigación, los técnicos descubrieron que el aparcamiento del vecino edificio de apartamentos se había extendido bajo el vial público. El Concello exigió entonces a los propietarios que reforzaran con urgencia las columnas del párking, a fin de evitar riesgos. Posteriormente, decretó la clausura del aparcamiento tras detectar que fue construido irregularmente y que su estructura era insuficiente para soportar el peso del vial y el tránsito de vehículos. Al mismo tiempo, los propietarios del garaje reclamaban al Concello que se hiciera cargo de las reparaciones. Alegaban que todo estaba bien hasta que se inició la humanización de la calle. La comunidad de propietarios presentó un recurso contencioso-administrativo por daños patrimoniales. Desde el primer momento, se constató que existían filtraciones que afectaban al garaje, lo que provocó las primeras reclamaciones. Un juzgado de Vigo condenó al Ayuntamiento a impermeabilizar la calle para evitar las filtraciones al garaje. Tras destinar 550.000 euros a la humanización de la avenida, debió sumar otros 170.000 para impermeabilizar el garaje. En la sentencia el juez repartió culpas. El magistrado estimó que los propietarios descuidaron el mantenimiento del garaje. También señaló que, durante las obras, se utilizó hormigón de baja calidad y que hubo una ejecución global deficiente.
En el entorno del hospital de Povisa, también salió a la luz durante las obras de humanización el depósito de gasoil de un inmueble que se encontraba situado bajo la calle.