Costas da seis meses al Talaso de Oia para que desmantele su toma de agua del mar

alejandro martínez OIA / LA VOZ

VIGO

Gustavo Rivas

La empresa debe acreditar su legalidad, pero sobre el balneario pesa una orden de derribo

03 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Talaso de Oia se encuentra en un callejón sin salida. Costas le ha dado seis meses para que desmantele todas sus instalaciones de captación de agua del mar para su spa y de vertidos. El motivo es que la concesión para la ocupación del espacio público marítimo lleva caducada desde el 2018. Solo hay una forma de que los propietarios del negocio puedan evitar el cierre. Deben acreditar la legalidad de las instalaciones a las que da servicio. Pero aquí lo tienen muy difícil. El complejo hotelero de cuatro estrellas tiene pendiente el cumplimiento de una orden de derribo al haber sido anuladas judicialmente sus licencias. El Concello de Oia intenta sortear esta orden firme de un juez mediante la aprobación de un plan especial para salvar al menos un parte de la mole levantada en una ladera de Cabo Silleiro sin un permiso que lo ampare. Sin embargo, el Instituto de Estudos do Territorio ha advertido en contestación a una consulta municipal que su proyecto de plan especial no va por buen camino. No corrige el enorme impacto visual en un enclave paisajístico de gran interés. La administración local de Oia se va a gastar otros 6.000 euros de dinero público para completar un documento técnico e intentar que no se vaya a pique una empresa privada. La alcaldesa lo justifica en un decreto para evitar responsabilidades patrimoniales mayores que podrían hipotecar las arcas municipales por muchos años y porque la orden de derribo es contra el Concello.

Mientras tanto, el Talaso de Oia sigue abierto y preparando toda su oferta de ocio para esta Navidad. La actividad empresarial nunca se ha interrumpido a pesar de la anulación de las licencias y las órdenes de derribo.

El denunciante ha tenido que recurrir al Defensor del Pueblo para que el Ministerio de Medio Ambiente le conteste sobre la extinción de la concesión para la ocupación de espacio público en la costa por parte de Balneario del Atlántico S.L. La empresa tenía una concesión administrativa para la ocupación de 267 metros cuadrados de fondos marinos y terrenos de dominio público marítimo terrestre para la legalización de las tuberías de agua de mar y desagüe del balneario de aguas termales ubicado en As Mariñas. El permiso había sido otorgado en el año 98 durante 20 años. Las obras que llevaron a cabo no se adecuaron al proyecto presentado y según el cual se les otorgó la concesión. La compañía presentó un proyecto modificado y de legalización de la captación de agua del mar.

En todos los casos de extinción de una concesión, el estado decidirá sobre el mantenimiento de las obras e instalaciones o su levantamiento y retirada del dominio público y de su zona de servidumbre de protección a expensas del interesado. El Servicio de Costas solicitó a la Dirección General de la Costa y el Mar el 17 de octubre que se pronuncie sobre el posible mantenimiento o retirada de las tuberías del Talaso en la zona marítima. La respuesta de esta institución que tiene el objetivo de proteger el medio ambiente costero y marino ha sido que «debe proceder al levantamiento de las instalaciones a sus expensas, salvo que en un plazo de seis meses presente una solicitud de nueva concesión con el mismo objeto, en la que se acredite la legalidad de las instalaciones a las que da servicio».

Pero actualmente, el Talaso no está en condiciones de acreditar la legalidad. El Instituto do Estudos do Territorio, dependiente de la consellería de Medio Ambiente, pone muchos peros el plan especial de infraestructuras y dotaciones para la instalación de talasoterapia que fue aprobado inicialmente hace dos años.

Este plan encargado y costeado por el Ayuntamiento propone la eliminación de las alturas que incumplen la normativa urbanística y la regeneración parcial de la orografía. Pero en el Instituto de Estudos do Territorio lo han examinado y ven lagunas. Todo indica que la ordenación no corregirá el impacto visual. Consideran determinante que sobre la rasante natural sobre la que se fija la altura máxima «non é posible comprobar en qué medida se acomoda á verdadeira rasante natural que presentaba o terreo con anterioridad á execución das obras do hotel talaso». El informe considera que la propuesta de ordenación «non melloraría moito o actual impacto das edificacións». El estudio de impacto de integración paisajística tampoco es completo para el objeto y alcance del plan especial que, por otra parte, «non reflicte dunha forma o suficientemente clara cales serán as condicións da futura edificación». El documento adolece de una documentación gráfica precisa. «Bótase en falta imaxes ou esquemas tridimensionais que permitan comprobar as condicións de integración na paisaxe», señala el informe. Las edificaciones deberán adaptar su altura y presentar una imagen final asimilable a la escala de las edificaciones tradicionales de la zona.