«Muchas veces, los profesores son los primeros que recogen la ideación suicida»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Érguete imparte una formación para que los docentes aprendan a manejar la situación emocional en un momento en el que los problemas de salud mental crecen

05 ene 2024 . Actualizado a las 01:12 h.

La ola de problemas de salud mental que empezó después de la pandemia de covid-19 tiene un enorme foco en los centros educativos. Los profesores están preocupados por la situación emocional de sus alumnos. «Nótanse algúns aspectos que non se notaban hai uns anos no emocional, como que os rapaces non son capaces de asimilar ben situacións do día a día, e isto vai xerando unha gotiña e outra, que non se xestionan e que se van acumulando», reflexiona Daniel Gómez, profesor en tercero de primaria en el colegio Divino Salvador, en Coruxo.

Él y otros docentes participaron en una reciente formación que la asociación Érguete impartió a profesores en la gestión de los problemas emocionales y la de conducta suicida. Se llama proyecto Ecos y nace de una reflexión similar a la que hace Daniel Gómez: «O alto número de problemáticas psicolóxicas atopadas tales como problemas de autoestima, alimentación, estrés e ansiedade, autolesións, depresión, ideación suicida..., especialmente despois da pandemia», dice la información oficial del proyecto.

«Di charlas en tres centros este año, en dos habían tenido un intento de suicidio dentro del centro, y en otro, fuera», expone la psicóloga Noa Pereiro, que impartió la formación a los profesores. El suicidio no es, por lo tanto, algo ajeno a los colegios. Sin embargo, los profesores reconocen que no se sienten preparados para abordarlo, porque no tienen una formación específica. «Existe un protocolo para risco de suicidio da Consellería de Educación, pero é que existen tantos protocolos...», admite el profesor Dámaso Alonso, que da historia en el IES de Teis. Lleva tres años como docente y el curso pasado trabajaba en un instituto donde hubo un intento de suicidio, pero nunca recibió formación específica. Por eso asistió a la de Érguete.

«Muchas veces, los profesores son las primeras personas que recogen la ideación suicida», insiste Noa Pereiro. «A un chico le puede dar miedo decir a su padre o a su madre que tiene esas ideas, e igual tampoco lo quiere decir en clase, pero si hay un profesor con el que conecta, se lo dice», explica. Si se da el caso, recomienda que los profesores se quiten de la cabeza falsos mitos —«solo es para llamar la atención»— y que le den importancia. Después, deberían comentar el caso con el equipo de orientación del centro y, dependiendo de la situación, elegir el modo de hablarlo con la familia.

En primaria, todavía son pequeños, pero por eso Daniel Gómez habla de la gota que va calando. Ha percibido situaciones que desestabilizan a emocionalmente. Por ejemplo, padres separados «que xogan con esa situación e crean unha guerra cos nenos polo medio que os fai sufrir». Como se va forjando la persona, los profesores tienen mucho que hacer. «Se un neno chora e ti o cuestionas e lle dis que non é nada é unha gotiña que vai enchendo o vaso», detalla; «é mellor preguntarlle que lle pasa, que lle preocupa, se para el é importante, hai que respectalo».

Otra cosa es la secundaria. A veces hay ataques de ansiedad en los institutos o se advierten problemas de sueño, que pueden indicar que pasa algo. La tristeza, el aislamiento o la ira pueden ser señales de alarma. «Las señales van a depender del alumno, en uno puede ser que de repente se aísle, pero en otro que habla poco puede ser lo contrario, que esté eufórico», dice la psicóloga, que recomienda prestar atención a gestos que indican despedida, como cerrar cuentas en redes sociales o directamente despedirse de amigos.

«No curso, Noa falábanos das crenzas que temos sobre nós mesmos, que encadran a nosa forma de ver a realidade», dice Dámaso Alonso. Se refiere a frases como «Non sirvo para nada», «Fago todo mal», «Os outros son unha ameaza» ou «Un fracaso nun exame di que son estúpido». Prestando atención a eso, «os profesores si podemos incidir niso», se propone.

16 muertos en Galicia no habían cumplido todavía los 30 años

Las cifras oficiales del Instituto de Medicina Legal de Galicia indican que en el 2022 se registraron 67 muertes por suicidio en Vigo y su área. Ese fue un año muy malo en la carretera y murieron ocho personas por accidentes de tráfico. La concienciación social que existe acerca de un problema y acerca del otro no parece equiparable. La mayoría de quienes consuman el suicidio son hombres a partir de 60 años. En toda Galicia, el mismo año hubo 340 muertes por suicidio y en 16 la víctima tenía menos de 30 años.

En la unidad de prevención del suicidio del Cunqueiro la mayoría de las atenciones son a mujeres jóvenes.