El Cunqueiro prohíbe que se sirva en la cafetería a los pacientes ingresados

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Un paciente en pijama de hospital paseando por el pasillo con su familia
Un paciente en pijama de hospital paseando por el pasillo con su familia M.MORALEJO

Aduce «razones clínicas»; el hospital está lleno de máquinas expendedoras

22 jun 2024 . Actualizado a las 01:37 h.

La dirección del área sanitaria de Vigo ha prohibido que las personas que están ingresadas en el Hospital Álvaro Cunqueiro sean atendidas en la cafetería. Hace dos meses, remitió un correo a las unidades de hospitalización para pedirles que insistan a los enfermos y sus familias en que no pueden ir a consumir a la cafetería del hospital. También dio instrucciones a la empresa que gestiona el recinto para que no les sirva.

«Esto se hace por una razón clínica», defiende el gerente del área sanitaria, Javier Puente. Pone un ejemplo sencillo: el hospital tiene que evitar que un diabético ingresado se coma un dónut porque va contra su salud y su alimentación es parte de su terapia. Asegura que la prohibición ya existía, pero que en los últimos meses se ha reforzado el aviso porque se detectó un aumento en la cantidad de pacientes que acudían a la cafetería, sobre todo por las tardes, que es cuando los familiares suelen ir de visita al centro sanitario.

El correo está firmado hace dos meses por la entonces directora asistencial del área sanitaria, Susana Cerqueiro, cesada la semana pasada, aunque la instrucción sigue en vigor. Advierte que «aos pacientes ingresados non lles está autorizado o consumo de bebidas e alimentos en cafetería durante o seu ingreso». Esgrime dos razones. Una es que las personas ingresadas tienen una dieta «acorde ás súas necesidades». La otra es que se desconoce «se o que consumen pode ser prexudicial para a súa recuperación ou ter algunha contraindicación».

Según el correo, cuando el personal de la cafetería indica a los pacientes hospitalizados que no puede servirles, suelen responder que tienen autorización de los sanitarios de planta. El texto recuerda que los enfermos están bajo la responsabilidad del personal sanitario mientras permanecen hospitalizados. La instrucción se aplica a los adultos y a los menores.

El hospital está lleno de máquinas expendedoras de acceso libre
El hospital está lleno de máquinas expendedoras de acceso libre Oscar Vázquez

Comida de casa

En el hospital ocurren al menos dos situaciones que contrarrestan los efectos de esta prohibición. Una es que los familiares pueden —y suelen— llevar comida a la habitación del paciente, sin que nadie tenga capacidad para controlarla. Hay pacientes que reconocen que la comida no les llega, o padres que conceden algún capricho a su hijo para contrarrestar lo hostil que resulta un ingreso.

La otra es que el hospital está lleno de máquinas expendedoras, en las que se vende de todo, incluidas galletas, patatas fritas, snacks salados, chocolatinas o refrescos con azúcar. Una investigación realizada en el año 2022 por la enfermera Jéssica Carolina Castro Armingol como proyecto final del máster de Nutrición de la Universidad de Vigo analizó el contenido de un centenar de máquinas expendedoras de los hospitales gallegos, entre ellas 16 del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo. «La mitad del contenido de las máquinas expendedoras puede ser considerado insano desde un punto de vista cuantitativo de su valor nutricional», advertía aquel trabajo.

  

Alimentos insanos

La Voz publicó esa investigación hace dos años y la Consellería de Sanidade explicó entonces que se habían dado instrucciones para controlar los productos que se venden en las nuevas máquinas que van saliendo a concesión, aunque no se podía hacer nada con las concesiones vigentes. Dentro de los hospitales se siguen despachando estos productos considerados insanos.

Esas máquinas las puede utilizar cualquiera, también los pacientes con pijama del hospital. No existe prohibición.

El gerente es consciente de estos dos problemas. Acerca de la comida que llega de la calle al hospital, Puente dice que en las plantas de hospitalización deben advertir a los familiares de que no la lleven o de que, en todo caso, consulten con el personal sanitario antes de proporcionar productos a un ingresado.

En cuanto a las máquinas de vending, la dirección del área sanitaria no tiene nada previsto más allá de la regulación de la Dirección Xeral de Saúde Pública, que empezó a trabajar en ella en el año 2020.

Aun siendo consciente de estas limitaciones, Javier Puente defiende la prohibición de atender en la cafetería a los pacientes ingresados porque «ahí sí podemos actuar directamente».