Los inesperados rescatadores de un hombre que se ahogaba en Vigo: «Si no estamos los dos, no lo conseguimos»

Pablo Barciela VIGO / LA VOZ

VIGO

Noelia Rodríguez y Pedro Cabrera, monitores del club de remo Vigo que rescataron a un hombre que cayó al agua con su coche en el muelle de reparaciones de Bouzas.Noelia Rodríguez y Pedro Cabrera, monitores del club de remo Vigo que rescataron a un hombre que cayó al agua con su coche en el muelle de reparaciones de Bouzas
Noelia Rodríguez y Pedro Cabrera, monitores del club de remo Vigo que rescataron a un hombre que cayó al agua con su coche en el muelle de reparaciones de Bouzas M.MORALEJO

Pedro y Noelia, de 19 y 21 años, navegaban con tres niños cuando vieron un hombre flotando

17 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Cabrera (19 años) y Noelia Rodríguez (21) rescataron el lunes a un hombre que cayó al agua con su coche en el muelle de reparaciones de Bouzas. A los jóvenes del Club Remo Vigo les tocó vivir una de las situaciones más complicadas de sus vidas. Noelia trabajaba como monitora del campamento de verano del club a cargo de un grupo de niños. Iban a salir con una de las embarcaciones, pero un fallo del motor del barco la obligó a llamar a Pedro, quien se supone que no iba a ir al club ese día.

Pedro acudió. Ambos terminaron saliendo a dar una vuelta en la zódiac, junto a los niños, pero el viento los obligó a refugiarse cerca del muelle.

Cuando se fijaron, vieron que en la zona había algo flotando en el mar. De primeras, por la lejanía, pensaron que se trataba de una boya de las utilizadas para señalizar que hay alguien está realizando trabajos en el agua. Sin embargo, las señas que les hacían las personas desde la orilla, incluso después de haberse parado, les dejaron claro que ocurría algo.

Al acercarse, comprobaron que se trataba de un hombre que flotaba boca abajo. Se había caído con su coche minutos antes.

«Estábamos los dos un poco nerviosos, no sabíamos qué hacer» confiesa Noelia. Estaban en la zódiac con tres niños del campamento. En el momento, Pedro trató de lanzarse al agua, pero Noelia lo detuvo. Acercaron la embarcación y mientras ella se encargaba del motor y de evitar que los niños vieran la escena, Pedro agarró al hombre del brazo y lo subió a la lancha.

Mientras se dirigían al muelle, donde esperaban varias personas, Pedro, que es estudiante de segundo de Medicina, comenzó a hacer la reanimación cardiopulmonar.

Pedro relata así el momento: «Sentí mucha impotencia. Me fastidiaba sobre todo estar estudiando cosas durante tanto tiempo que tienen que ver con esto y solo saber lo que le pasaba, no saber qué hacer».

El hombre tenía síntomas de hipotermia por haber estado varios minutos en el agua. No respiraba y no se escuchaban sus palpitaciones. Con las maniobras de rescate, el hombre comenzó a escupir agua y a intentar respirar. Llegaron al muelle y continuaron las maniobras con ayuda de quienes observaban la escena, hasta que llegó la ambulancia.

Noelia, que estudia un grado superior de educación infantil, se llevó a los niños para que no tuvieran que vivir aquel momento. «Tenía que mantenerme bien porque si veían que me derrumbaba se iban a preocupar». Los niños permanecieron tranquilos.

En cambio, Pedro, una vez que bajó la adrenalina del momento, se derrumbó. Estuvo llorando durante un rato, mientras el grupo que atendía al hombre le apoyaba durante los difíciles momentos.

Los servicios de emergencia tardaron todavía algunos minutos en llegar al lugar.

La casualidad hizo que estuvieran ambos en el club. «Si llega a estar Pedro solo, yo creo que se hubiese tirado al agua y la hubiese liado; y si llego a estar yo sola, no hubiese podido con el señor», dice Noelia. Pedro también asegura que «entre el motor, el señor y los niños, si no hubiéramos estado los dos, habría sido imposible».

El rescate solo fue posible mediante el trabajo en equipo, un valor que aprendieron en el club de remo.