
La nueva muestra de la fundación del artista selecciona obra que refleja su forma compulsiva de dibujar con estilográfica
23 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Laxeiro decía que el dibujo era a la pintura lo que el pentagrama era a la música. Esta afirmación da buena cuenta de la relevancia que le concedía como recurso organizador de la composición en sus obras, una relevancia que se hace evidente en su producción», señala el gerente de la Fundación Laxeiro, Javier Pérez Buján.
El pintor José Otero Abeledo, Laxeiro, adquirió el hábito de dibujar muy rápido e ir aprendiendo por el método de ensayo/error en su juventud cuando, retornado de La Habana, con 17 años, se hizo barbero ambulante y luego, oficial de barbero en su Lalín natal.

Ese aspecto de su manera de trabajar que siempre conservó es el que aborda la nueva muestra que ayer se presentó en la Fundación Laxeiro, ubicada en la Casa das Artes (Policarpo Sanz, 15). Sobre Línea y garabato. Recursos expresivos en el dibujo de Laxeiro, comisariada por Pérez Buján, el experto apunta que a partir de aquellos primeros años de aprendizaje conservaría esa forma compulsiva de dibujar en cualquier circunstancia. «Incluso en la última etapa de su vida, no son pocos los que lo recuerdan haciendo dibujos de forma espontánea, con su inseparable estilográfica Mont Blanc», afirma. La exposición que se puede visitar hasta el 30 de octubre contiene una selección de 30 obras sobre papel, algunas pertenecientes a colecciones privadas y otras procedentes de los fondos de la entidad, con la que se pretende profundizar en los recursos expresivos que un dibujante excepcional como Laxeiro utilizaba para desarrollar su universo estético, narrativo y artístico. La muestra propone un acercamiento al dibujo a partir de la coexistencia de la línea limpia y el garabato.