La cantera olímpica del break

Hugo de Dios VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Este tipo de baile se estrena en los Juegos de París y en Vigo ya hay un club con una veintena de chavales que compiten

28 jul 2024 . Actualizado a las 21:49 h.

Hace dos veranos, el pequeño Ethan Rodríguez Gómez visitó por casualidad junto a su abuelo O Marisquiño. Le encantó ver las exhibiciones de break dance y comenzó su todavía corta carrera como b-boy (break-boy). Con sus padres, buscó dónde apuntarse para aprender a hacer las diferentes acrobacias que había visto en aquel evento. «Empecé en el breaking gracias a mi abuelo», cuenta Ethan.

Chisco Meana, conocido como b-boy Chis Crow, lo acogió en su club con solo cinco años. Él y otros veinte chavales forman A Espiral Breaking, el primer club que practica esta disciplina en Vigo, entrenado por el propio Crow. Ethan compite como uno más en la liga gallega de esta disciplina desde finales del 2023. Los recién inaugurados Juegos Olímpicos de París estrenan el breaking como nuevo deporte olímpico. Continúan con la línea de ediciones anteriores en las que se añadieron el 3x3 de baloncesto y el skateboarding.

Oscar Vázquez

«El breaking es un deporte que hace que tu cuerpo y tu mente estén activas en todo momento», define Chis Crow. Otros integrantes del club más mayores como los b-boy Charlos y Javix —todos usan este tipo de apodos—, de quince años, junto al propio Ethan, coinciden en que es un deporte diferente que todo el mundo debe probar para verse como un pro haciendo poses increíbles. «El break es el tipo de baile que me ayuda a expresarme mejor y me ayudó a hacer amigos», comenta Charlos, asegurando que era tímido antes de practicar esta disciplina.

Crow piensa que la cualidad principal que debe presentar un bailarín que quiere empezar son las ganas. Más adelante ya se le dará importancia al apartado físico, con ejercicios que potencien la fuerza, la explosividad y el control del core. Estirar de manera efectiva es muy importante a la hora de ganar flexibilidad. Anima a los más pequeños asegurándoles la diversión. «¿Qué hay más chulo que hacer posiciones acrobáticas, giros que parecen imposibles y tener un estilo propio?», dice el entrenador vigués.

Los eventos de este deporte están conformados por varios sujetos, los b-boys o b-girls, unos jueces que los evalúan, un DJ que pincha temas de forma aleatoria durante las batallas y un speaker que las comenta en vivo. El sistema de puntuación tiene en cuenta la musicalidad, la originalidad, la técnica y el vocabulario de los participantes. Además, puede haber penalizaciones por mala conducta. 

El formato de estas batallas se basa en la estructura pregunta-respuesta. El primer deportista sale a bailar y su oponente, después, le responde en la pista. En el breaking existen diferentes tipos de movimientos como: el Toprock, que implica bailar de pie; los Godowns, que son el paso intermedio en la transición de los Toprock al suelo; los Footworks, que se realizan de cuclillas o cuadrupedia, es decir, apoyando manos y rodillas en el suelo; los Freezes, en los que los bailarines se quedan totalmente quietos; y por último, los más llamativos, los Powermoves, que son explosivos y conllevan muchos giros. A nivel federativo se han simplificado en Toprock, Downrock y Freezes

El debut olímpico

En los Juegos de París, los b-boys y las b-girls bailarán en competiciones separadas. Habrá 16 integrantes, divididos en cuatro grupos de cuatro. Participan primero en round robin, un formato que implica que batallan todos contra todos. Luego hay una eliminatoria desde cuartos.

Chis Crow sueña con llevar a alguno de los niños que está entrenando hoy en día al máximo nivel y, por qué no, que pueda representar a España en las Olimpiadas. Xak, Law y Johnny Fox, los atletas españoles que pelearon para competir en los Juegos de París, son auténticos referentes para él. A pesar de quedarse a las puertas, cree que «han hecho historia» al haber participado en el preolímpico.

Para Chis Crow, la inclusión del breaking en los Juegos Olímpicos de París servirá para darle visibilidad a la disciplina y, sobre todo, para «romper con la idea de que es un deporte de delincuentes o asociarlo a un estilo de vida malo». Aplaude la evolución de los Juegos Olímpicos hacia la cultura urbana y cree que un lavado de cara adoptando nuevas actividades beneficia a todos.