El elefante robot nacido en Oia desata el furor en el circo francés

Monica Torres
mónica torres OIA / LA VOZ

VIGO

M.T.

Más de 10.000 personas disfrutaron el fin de semana del estreno de Jumbo

08 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Roncalli revolucionó el mundo circense sustituyendo los animales por hologramas y la Fiesta Escénica de Oia ha desatado el furor en Poitiers este fin de semana con el debut de una de las elefantas de la primera manada robotiza del mundo. Reves de Cirque, el circo que compró uno de los espectáculos creados por la Fiesta Escénica para los monumentales paquidermos que ellos mismos construyeron a tamaño real en la India, confirmó públicamente «un récord histórico de asistencia». Más de 10.000 personas acudieron a la llamada para disfrutar de Jumbo, el bebé elefante nacido en Poitiers.

Viajó desde Oia, con papeles pero sin nombre, y el bautizo se debió a una licencia arraigada en la cultura circense, explica Abel Martín, director de la Fiesta Escénica. «Cuando antes llegaba un circo a la ciudad y, a modo de reclamo siempre se decía: ‘Nació un bebé elefante, o una bebé cebra...’. Y así acudía más gente», explica. El nombre surgió también en el momento y, aunque evoca al del rey de los elefantes, un ejemplar africano cuya fama y tamaño inspiró también a Disney para hacer volar a Dumbo, el Jumbo que ha iniciado su gira en Francia es una hembra de más de tres metros de altura, asiático y que nunca ha estado en cautiverio. De hecho, el nuevo espectáculo hará que se vaya de gira durante los próximos nueve meses por México, Colombia, Venezuela, Etiopía, Francia y Suiza.

El espectáculo, explica Martín, tiene mucho que ver con el espíritu del circo y pone en escena a dieciocho artistas bajo su dirección. Guion, música, iluminación, vestuario y elefante... son de la factoría oiense. «Es la historia de una mujer que tiene un circo y está totalmente desmotivada. Todos los artistas que hacen de personajes dentro del espectáculo intentan animarla para que el circo recupere su esplendor», indica Abel Martín. Hay varios intentos fallidos, «hasta que consiguen que vuelva un elefante al circo y, cuando entra en escena, es como vivir la época de oro del circo, donde existían los auténticos». A él mismo, reconoce, le sorprendió el impacto, pero ha demostrado una vez más la magia del circo. «Cuando sale a escena, se escucha un Oh generalizado hasta que pasan unos segundos, se hace el silencio y todo el mundo agarra el teléfono para sacar las fotos, pero con la duda de si es de verdad o no porque hacemos un buen juego de luces y se escucha barritar», explica.

Asegura que hay unos segundos «durante los que percibes gestos de incomodidad de personas que creen que es un elefante de verdad y luego, cómo le cambia la cara y se emocionan cuando se dan cuenta de que es un robot», señala Martín desde el tren que lo lleva a Düsseldorf, donde ultima otro espectáculo que estrenan el viernes. Trabajan también en el número encargado para las bodas de oro de una de las mayores compañías del mundo, que es la de Roncalli y para la celebración han de viajar a Alemania dos de los monumentales paquidermos que se gestaron en la India durante seis meses de trabajo y desembarcaron en Oia el mes pasado. «Hay ya varios circos que se han puesto en contacto porque quieren contar con nuestro proyecto», confirma.