Los abogados ya usan la IA: «Este año haremos 1.700 demandas más»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

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M.MORALEJO

Bufetes de Vigo redactarán un 50 % más de reclamaciones gracias a la inteligencia artificial pero surgen voces que avisan de que no es oro todo lo que reluce

25 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los bufetes de abogados han descubierto un nuevo método para multiplicar sus beneficios y agilizar su trabajo. Se trata de los programas de inteligencia artificial (IA) que son capaces de leer notificaciones judiciales y sentencias, resumirlas y analizarlas o redactar otras nuevas. El resultado salta a la vista: la productividad de algunos despachos se ha disparado un 50 % respecto a hace un año porque ahora son capaces de tramitar muchas más demandas, que luego presentan en los juzgados. Si antes hacían dos, ahora hacen tres. Hay muchos casos de reclamaciones a bancos. En los despachos de Vigo se deshacen en elogios hacia la IA aunque también han surgido voces críticas y que avisan que no es oro todo lo que reluce. El debate está abierto.

«El cambio es tan grande que la previsión de nuestro despacho es crecer en el 2025 un 50 %, con el mismo equipo. Vamos a pasar de 3.300 redactar reclamaciones en el 2024 a 5.000 en el 2025. Este año haremos 1.700 más gracias a la inteligencia artificial», dice el consejero delegado de Asesority Abogados, David Alfaya.

Este bufete, especializado en presentar demandas contra abusos bancarios, acaba de implantar la IA en su despacho. Hace años, probó con un bot para responder las dudas de los clientes pero los programas de IA generativa, que obedecen órdenes con un lenguaje coloquial, como ChatGPT, superan sus expectativas. «En menos de un año el cambio en la forma de trabajar va a ser tan grande, que cuesta imaginarlo. Es la mayor revolución de la historia de la Humanidad, la estamos viviendo en primera persona», afirma Alfaya.

Asesority Abogados empezó a usar la IA el año pasado para automatizar algunos procesos, como la firma de las condiciones para iniciar la reclamación o la petición del poder de representación (apud acta) al cliente por WhatsApp. «La IA se encarga de comunicar y contestar los wasaps y guiar en estos procesos al cliente, solucionando sus dudas», aclara.

Los abogados de este despacho usan la IA para resumir sentencias, elaborar informes basados en datos como, por ejemplo, los extractos de una tarjeta revolving, analizar  resultados de la empresa, elaborar una estrategia jurídica, redactar y mejorar documentos, crear código y programación para automatizaciones, generar contenido para la web de la firma y analizar sus visitas (SEO) y a la competencia.

Según Alfaya, esto solo es un adelanto. «El gran paso es el que estamos dando en este 2025, donde todas las notificaciones del juzgado pasan por la IA para extraer datos, como el tipo de notificación y las partes, y el resumen de la misma», indica.

«La IA busca en nuestro programa el expediente y asocia la notificación del juzgado, generando tareas a los abogados, documentos automáticos y toda una serie de procesos que estamos implantando de forma progresiva, y que eran inimaginables hace seis meses», recalca.

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Alfaya prevé grandes innovaciones en la forma de trabajar de los bufetes: «No somos capaces de visualizar a dónde nos lleva todo esto. Yo lo tengo muy claro: en cinco años, el trabajo tal y como lo conocemos habrá desaparecido».

Asesority, para sus tareas, usa programas como la api (interfaz) de OpenAI, que es ChatGPT pero para comunicarse con otros programas, como Make para automatizar y conectar con Gmail, WhatsApp o Google Drive.

Otro letrado vigués, Pablo Ulfe, comenta que las propias plataformas que ofrecen servicios de consulta de bases de datos de jurisprudencia ya han incorporado la IA en sus programas específicos. «El lenguaje de la IA ahora es menos intimidatorio, usa palabras de la calle, antes era más jurídico», dice. Lo emplea para sopesar recursos o fundamentar casos.

Clientes que ven ChatGPT

Otros abogados que llevan despachos de tamaño pequeño y medio también están notando cambios en su modo de trabajar tras introducir la IA. Jana Calero comenta su experiencia en su despacho particular en Vigo: «Muchos clientes antes de ir a mi consulta han pasado antes a preguntar a ChatGPT y vienen asesorados. Vienen ya con la respuesta dada y, si no es la misma, que les das tú, el recelo es mayor en algunos casos». Calero advierte que la IA, «a veces acierta, pero el mundo jurídico es demasiado complejo como para que simplemente sea satisfactoria una respuesta en el sentido de acertar o fallar». Esta letrada es tajante: «En ningún caso, la IA, para consultar, puede sustituir la opinión de un abogado experto».

Un despacho que no lo usa: «Valoramos ventajas e inconvenientes antes de dar el paso»

El laboralista Fabián Valero, del despacho Zeres, se interesó hace un año en cómo la IA podía afectar a los juicios de trabajadores y empresas. Pero no la está usando de momento a efectos de trabajo: «Hay un par de compañeros analizando cómo funciona para valorar ventajas e inconvenientes. Hay mucho que valorar antes de dar ese paso», afirma Valero.

La joven abogada Elisa Castiello se muestra cauta: «Yo, personalmente, soy a la antigua. Sí uso la IA para buscar jurisprudencia pero para redactar un escrito me gusta hacerlo a mí. Así cojo madera pero la IA se acabará implementando, te ahorra tiempo, por ejemplo, en búsquedas pero, aún así, cuidado, porque ya ha habido problemas en casos por inventar precedentes. Cuidadín con la IA, que las carga el diablo». Advierte de que «la automatización nos permite mayor celeridad pero su mal uso, y más para un abogado, trae responsabilidades». 

La misma letrada incide en que, para preparar un caso con IA, por ejemplo, de divorcio o de un despido, habría que subir las pruebas del expediente a una plataforma de una Nube para que el algoritmo analice la documentación pero, una vez que todos los papeles están allí, «¿quién nos garantiza que esa plataforma, un tercero, cumple la normativa de protección de datos?».

Castiello recuerda que, cuando trabajas con la IA en la Nube, «compartes información sensible y confidencial, subes fotocopias de DNI del cliente, algo que antes estaba protegido y ahora lo confías a una plataforma sin saber quién la gestiona o adónde van a parar esos datos personales».