El triple de edad e idéntica pasión

VIGO

XOÁN CARLOS GIL

Antón Viladrich, de 44 años, es el gran consejero de Aday López, que debutó en OK Bronce de hockey con el Traviesas a los 15 el pasado fin de semana

06 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A falta de 30 segundos del duelo del Traviesas que acabó con triunfo ante el Rochapea, Marina Pérez hizo debutar con el equipo vigués de OK Bronce de hockey patines a Aday López Villar, canterano de 15 años. Casi triplica su edad el mayor del plantel, el portero Anton Viladrich, que cumplirá 45 este 2025 y que tiene una hija de la generación de su compañero —juegan juntos—. El joven es el paradigma de que hay cantera, de que están formando jóvenes que miran hacia arriba.

Aday cuenta que hasta que esta temporada lo empezaron a llamar para entrenar, no imaginaba tocar el primer equipo tan pronto, por lo que se centra en intentar hacerlo lo mejor posible y «disfrutar el momento». El estreno también le cogió por sorpresa, dentro de que sabía que una vez que estaba entrando en convocatorias, podía llegar. «Por cómo estaba el partido, muy disputado, no creí que fuera a entrar, pero Marina confió para darme el debut oficial», agradece. «Me dijo que lo diera todo, que confiaba en mí y que iba a ser el primero de muchos».

En la portería estaba en ese momento un Viladrich que le saca casi tres décadas. «Aday es juvenil de primer año y le queda mucho recorrido, pero lo hizo genial. Se posicionó bien, defendió como un jabato, se lanzó a ponerse delante de los tiros, frustró una contra… En poco tiempo, y con ellos muy volcados, chapó», valora. Añade que «en ataque, lo hace fácil, no se complica la vida, y en defensa, lo da todo», aparte de que es «un cielete».

El quinceañero cuenta que se sintió «muy bien» y que al ser tan poco tiempo, no sintió presión. «Solo pensaba en darlo todo e intentar no fallar, salir a disfrutar, y lo conseguí. Fue guay la sensación de salir y tener allí animando a jugadores del club que son amigos», rememora. Viladrich también comenta que era importante que «fuera al final del partido y si hubiese cualquier detalle negativo —que no fue el caso—, no quedara tiempo, porque el hockey es muy rápido y el resultado no estaba asegurado».

Antón es de los que más consejos dan a Aday, confiesa este: «Y si fallo algo, viene a decírmelo y a animarme». La relación es muy buena con todos los integrantes del primer equipo, aunque medien tantos años entre ellos. «No somos tantos en el club y nos conocemos, somos como una familia. Me acogieron genial y, aunque al principio notas mucho la diferencia de nivel y te frustras, luego ves la evolución al entrenar con ellos», ahonda.

El guardameta evoca cuando a él lo subieron al primer equipo siendo juvenil y trata de emular a los referentes que tuvo entonces. «Siempre hay una o dos personas mayores que están más pendientes y te hacen las cosas más fáciles para integrarte y darte esos consejitos», papel que con él cumplieron el actual responsable del Ponteareas, Portu; Quim López, en el Vic, y otro compañero que está metido ahora en el club, Alejandro. «Intento hacer esa dinámica. Él es fácil de llevar, es muy majo y tiene desparpajo. Con nosotros, a veces, se corta, pero con su equipo, es el alma de la fiesta», relata divertido.

«Como para sacarte tarjeta»

López es «muy disciplinado, rápido, sacrificado y con visión de juego», de modo que apunta alto. Pero, como no podía ser de otro modo, expone Viladrich, le faltan cosas. «Está el tema de la fuerza, la potencia, los kilos a la hora de ir al choque. Muchas veces, en los entrenamientos, le digo que meta el cuerpo como si en su categoría le fueran a sacar una tarjeta por ir muy fuerte», detalla. «Si los rivales te sacan 30 kilos, tienes carencias lógicas, pero tiene un gran futuro», vaticina.

Aday, estudiante de cuarto curso de la ESO, comenzó a jugar al hockey con seis años. «Estaba en fútbol sala, y sigo estando, pero quería hacer más cosas y mi padre, que había jugado, me lo recomendó», revela. Además, sigue en fútbol once, pero la preferencia para cuando tenga que decantarse toma forma. «Lo que más me tira ahora es el hockey, me quedo con él», avanza. Y no oculta que «cada año es más difícil compaginar».

El canterano es ejemplo para la base, por eso su debut tuvo un simbolismo especial. «Detrás, vienen más. Hace años, hubo un bajón de fichas, pero ahora se está trabajando muy bien», dice Viladrich con esperanza. Porque aparte de Aday, hay otros que suben o han subido a entrenar con el primer equipo o que tienen potencial para hacerlo más pronto que tarde. En cuanto a él, confiesa que al ver a chicos tan jóvenes «piensas que esto se te acaba», pero al mismo tiempo, está «orgulloso» de seguir dando el nivel a sus 44 años y, a día de hoy, en su mente está un «sí rotundo» a continuar otra temporada.