![Rescate en la vertiente leonesa de Peña Ubiña](https://img.lavdg.com/sc/IfGrvQbx0OOL7JLFRdU431mGXvk=/480x/2025/02/09/00121739092279194626539/Foto/rescate.jpg)
El gallego que murió este fin de semana en León era un aficionado de los deportes en naturaleza
09 feb 2025 . Actualizado a las 23:40 h.El escalador vigués Iago Melón perdió la vida este fin de semana tras sufrir una caída en lo que se conoce como el Corredor del Pilar, en la provincia de León. El gallego, de 47 años, sufrió una caída mientras practicaba la subida a Peña Ubiña desde Torrebarrio. Los servicios de emergencia intentaron salvarle la vida tras ser alertados del accidente, pero finalmente solo pudieron proceder con la extracción del cadáver. Llevaba tiempo inconsciente. Trágicamente, la zona de montaña en que ocurrieron los hechos es cercana al escenario donde, hace treinta años, murió el padre de Iago, el conocido montañero José Ramón Melón Iglesias.
Iago Melón era todo un aficionado de los deportes en naturaleza y, además del alpinismo, disfrutaba del ciclismo, el senderismo, el kayak o el buceo. Era miembro del club Montañeiros Celta. La primera llamada que alertó sobre su incidente este fin de semana fue a las 16.23 horas del pasado sábado y el Centro de Coordinador de Emergencias de la Junta de Castilla y León en seguida activó el protocolo para su búsqueda y rescate, sin éxito.
Posiblemente en el disfrute de Iago Melón por la montaña haya influido la trayectoria de su padre, José Ramón Melón Iglesias, que perdió la vida en las alturas el 30 de octubre de 1994. El montañero vigués fallecía al precipitarse al vacío desde una altura de más de 200 metros mientras escalaba la cara nordeste del pico siete de Peña Ubiña, en el concejo asturiano de Lena. Estaba escalando cuando fue arrastrado por una piedra. Escalaba la montaña junto a un grupo de la Escuela de Montañismo de Vigo. Los helicópteros de la Guardia Civil con base en León rescataron el cuerpo sin vida.
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Dos días después fue enterrado en el cementerio parroquial de Bouzas. La muestra de dolor en la ciudad fue masiva. El cortejo fúnebre partió desde el tanatorio de Pereiró con más de mil personas, muchos de ellos compañeros. José Ramón no era un simple aficionado, era uno de los montañeros más experimentados de Galicia y había escalado en cordilleras tan difíciles como Los Andes y El Himalaya. El suceso provocó una gran consternación en todo el colectivo.
La corporación municipal de Vigo no tardó en tomar la decisión, por unanimidad, de darle su nombre como homenaje al rocódromo (hoy desaparecido) que se había montado en el muro de la estación de Urzaiz.