La negociación económica atasca el nuevo contrato del Sergas con Povisa

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Imagen de archivo de Povisa
Imagen de archivo de Povisa Óscar Vázquez

Sanidade amplía por segunda vez el plazo para que el hospital se presente, pero quiere garantizarse 97,5 millones anuales

11 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La negociación entre la Xunta y el Hospital Ribera Povisa está siendo más complicada de lo esperado. El Gobierno gallego decidió ayer ampliar por segunda vez el plazo que tiene el hospital para presentarse al contrato para seguir siendo el centro sanitario de referencia de una parte de la población del área sanitaria de Vigo desde abril. Inicialmente, Povisa debía haber presentado su oferta el lunes 3. No lo hizo. La Consellería de Sanidade le dio una semana más y el conselleiro, Antonio Gómez Caamaño, aseguró que no contemplaba que Povisa no se presentase... y no se ha presentado. Ayer le dio siete días más.

Fuentes que conocen la negociación aseguran que todavía no se ha cerrado la cuestión económica. Cuando el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, anunció el 27 de diciembre el nuevo contrato, aseguró que se pagaría a Povisa 97,5 millones de euros al año y que cobraría por los procesos médicos que efectivamente realice. La cantidad es mayor que hasta ahora (eran unos 80 millones) pero además hay un cambio significativo, porque Povisa venía cobrando una cantidad fija por cada paciente que tiene asignado, independientemente de cuánto usase sus servicios. A partir de ahora hay que aprobar unas tarifas de cada proceso y definir por cuáles cobra y por cuáles no. Povisa es el único hospital privado gallego con una población del Sergas adscrita.

La clave de la negociación es cómo se llega a esos 97,5 millones. El Sergas hizo una estimación de la actividad que hace Povisa al año. Cogió los datos del 2023 y, replicándolos, obtuvo los 97,5 millones. Pero el 2025 es muy diferente, porque hace dos años Povisa tenía 123.000 pacientes adscritos y ahora cuenta con 115.000. Al haberse reducido la población de referencia, previsiblemente la actividad sanitaria será menor. Y al cobrar solo por la actividad sanitaria que se realice, no hay posibilidad de alcanzar los 97,5 millones calculados sobre una población mayor que la actual.

Por ese motivo, dicen fuentes que conocen los contactos entre las dos partes, Ribera ha pedido que una fórmula que garantice para llegar a esa cantidad pactada. Ayer mismo, el presidente y la consejera delegada del grupo, Alberto de Rosa y Elisa Tarazona, estuvieron en Santiago.

El problema es que esta situación aparece con la licitación en marcha. Es decir, con la negociación finiquitada. En teoría. La licitación se abrió el 2 de enero con unos pliegos de condiciones, como en cualquier contrato. Este es un negociado sin publicidad, lo que significa que solo se puede presentar Povisa. Inicialmente se le dio un mes y no se presentó; se le dio otra semana y tampoco se presentó; y ahora hay un tercer plazo. El contrato podría declararse desierto, lo cual sería una anomalía, pero nadie se pone en ese supuesto.

Oficialmente, según una portavoz del grupo sanitario Ribera, todo se reduce a unas «preguntas jurídicas» que están sin resolver. Esta fuente dice que no existe ningún problema de fondo con el Sergas, pero que el proceso es complejo. El Sergas reconoce que existen dudas de interpretación de los pliegos y que en estos días está «contestando alegacións e ofrecendo as aclaracións solicitadas pola empresa».

Pero hace hoy una semana, ambas partes decían lo mismo y la situación sigue encallada. Por eso, para esta semana se han intensificado los contactos entre las dos partes.