Condenado a pagar moteles a los dos perros que cuida su exmujer si ella viaja o está enferma

E. V. PITa VIGO / LA VOZ

VIGO

Perro con su dueño paseando por Canido, en una foto de archivo.
Perro con su dueño paseando por Canido, en una foto de archivo. JOSE PARDO

El fiscal ve «menos traumático» para los mastines que permanezcan en una casa con jardín y, por eso, aconsejó que la custodia siguiese siendo exclusiva de la esposa, que vive con el hijo

20 feb 2025 . Actualizado a las 00:57 h.

Un divorciado ha sido condenado por la Audiencia en Vigo a abonar la mitad de los gastos que suponga el alojamiento alternativo (en un motel) de los dos mastines mestizos de la familia que cuida su exmujer en aquellos períodos en los que ella esté imposibilitada para atenderlos, por ejemplo si cae enferma o se va de viaje o de vacaciones.

La exmujer indicó que tener animales supone obligaciones adicionales de limpieza, acudir a moteles o similar si no los puede atender ella misma y reclamaba 200 euros mensuales de pensión de alimentos para los dos canes como compensación por el desembolso otros gastos distintos del veterinario o alimentación. El exesposo se negó a pagar dicha pensión pero propuso afrontar la mitad de los gastos extra que surgiesen, siempre que su exmujer aportase las facturas.

Entre estos gastos estaría la necesidad de acudir a un «alojamiento alternativo» en aquellas situaciones en las que la cuidadora de los animales no pueda realizar esa labor, por ejemplo, si está enferma o de viaje. Este razonamiento es el que adoptó la Sexta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, que condena al divorciado, en una sentencia del 27 de septiembre del 2024, a hacerse cargo por la mitad de los gastos de alojamiento de los perros cuando haya necesidad.

Los animales de compañía son grandes, de 50 kilos de peso, y fueron adquiridos por ambos esposos pero, por temas de la cobertura del seguro, los registraron a nombre de la mujer. Tras el divorcio, el hombre no estuvo dispuesto a asumir el cuidado porque no tenía a dónde llevarlos y la casa era el hogar de ambos animales de compañía. Ella, por contra, decía que no debía ser una carga exclusivamente suya.

En su día, el juez de familia asignó a la exmujer la custodia de los dos canes (uno de ellos cruzado con un perro policía portugués) porque ella vive en una casa con espacios abiertos y terreno circundante.

La exmujer apeló a la Audiencia para que la custodia de los perros fuese compartida por semanas, lo que descarta la sala. La Fiscalía sostuvo que sería «menos traumático» para los canes permanecer en la casa con un jardín idóneo y que así el hijo de la pareja, el cual vivía con la madre, gozase de su compañía. Por el bienestar de ambas mascotas, se confirma la custodia a la exmujer. La alternativa sería el traslado a un piso, donde reside el exmarido.