
La futbolista ponteareana juega en el club y es dependienta en su tienda
07 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Sara Debén (Ponteareas, 2000) trabaja para el Avilés por partida doble. La futbolista se comprometió con el club asturiano el pasado verano y, posteriormente, le surgió la posibilidad de trabajar de dependienta en la tienda del club. «Ellos sabían que yo había estudiado gestión de ventas y que hice las prácticas en la tienda del Deportivo cuando estaba jugando allí la temporada pasada. Así que me lo propusieron y como tenía las mañanas libres, acepté encantada», señala. Fue posterior a cerrar el fichaje, no como parte del acuerdo.
La deportista está muy a gusto en este rol. «Es un sector que me gusta. Aunque sobre todo me decanto por el márketing y la publicidad, trabajar de cara al público me llama la atención y creo que se me da bien», valora. Poco a poco se ha ido corriendo la voz de que una de las personas que trabajan en el establecimiento del Avilés es también jugadora. «A veces, me lo dicen y me gusta», señala.
La cuestión de compaginar los dos roles le resulta sencilla, porque no hay ningún atisbo de coincidencia de horarios. «Estoy en la tienda por las mañanas, de 10.00 a 14.00, y los entrenamientos los tenemos por las tardes. Se lleva muy bien», cuenta satisfecha. Además, sabe que no es la primera futbolista que compatibiliza estas dos funciones en el Avilés. «El año pasado estuvo otra compañera, Silvia. Para nosotras, es una forma de tener algo de cara al futuro», dice dando valor a esta ocasión de adquirir experiencia laboral más allá del fútbol.
Paralelamente, además, Debén sigue formándose. «Acabé el ciclo superior de gestión de ventas y ahora estoy haciendo otro de márketing y publicidad», comenta. Mientras, en lo futbolístico, decidió bajar una categoría, a Segunda Federación, para recuperar la confianza que le hicieron perder los continuos problemas físicos sufridos desde tiempo atrás. «Llevaba seis años complicados de lesiones y este año no sé nada de ellas, así que estoy muy contenta», celebra.
Se trataba de dolencias musculares y roturas que se sucedían y que conllevaban parones de semanas. «Fue complicado, con muchas recaídas, momentos en que parece que sí, pero no», relata. Pese a todo, nunca pensó en tirar la toalla. «Con 24 años que tengo, imposible», subraya. Además, después de muchas vueltas, ha llegado a una conclusión sobre la causa: «Siempre me he cuidado mucho, con el tema de la alimentación y demás. Al final, creo que era de cabeza, me metía demasiada presión a mí misma», ahonda. Fue un aspecto que trabajó y esa ayuda ha surtido efecto.
A Avilés llegó Sara tras jugar la pasada campaña en el Deportivo. «Mi paso estuvo marcado por esas lesiones que decía. Me rompí justo en el último partido de pretemporada», lamenta. Con todo, dice que fue un curso «súper bonito». «Suponía volver a Galicia, a un club que apuesta por el fútbol femenino y conseguimos un ascenso. Para mí, fue un año inolvidable», señala.
Habla de retorno a su tierra porque había estado en Oviedo y Albacete, tras marcharse con 18 años. «Di el paso muy pronto y los inicios fueron duros. Pero soy una persona muy sociable y que se adapta muy bien, así que también fueron años buenos lejos de casa», repasa.
Tras iniciarse en el Vila do Corpus, jugando con chicos, sus tres años en el Atlántida de Matamá fueron la antesala a hacer las maletas. «Me crie en los campos, con mi padre y mi hermano. Era difícil que no saliera futbolista», dice entre risas. Con cinco años, ya entró a formar parte del equipo ponteareano «y hasta hoy», que pasa por «un buen momento» tanto en lo individual como en lo colectivo en el Avilés.

El derbi de Balaídos
La jugadora de Ponteareas tiene «muchas amigas en As Celtas» y cuando se enteró de que el derbi de mañana era en Balaídos, llamó a la capitana, Lara Martínez, para contarle cómo se alegraba. También tiene amistades al otro lado. «Pienso ver el partido y que gane el mejor. Creo que va a ser un partidazo y que la rivalidad va a ser sana seguro», pronostica.
Desde pequeña, le inculcaron el interés por que les vaya bien a todos los equipos gallegos y su fichaje por el Deportivo lo vivió como algo natural, máxime cuando entonces no había femenino del Celta. «Recibí algún mensaje de amigos de que cómo podía ir allí, pero todo el mundo se alegró», recuerda. No cierra las puertas a As Celtas para el futuro: «Claro que se te pasa por la cabeza y me gustaría», aunque dejando claro que ahora está «centrada en el Avilés». El hecho de que el club celeste haya dado el paso le parece una gran noticia: «Se llevaba hablando años y todas las jugadoras de la zona esperábamos esta noticia, y ahora, que se haya hecho realidad y sea una apuesta de verdad», algo que sabe de primera mano por la cantidad de gente que conoce dentro.